09 Julio 2014
EN RAFAH. La aviación israelí destruye un objetivo de Hamas, al sur de la Franja de Gaza. La región está envuelta en una nueva espiral de violencia. reuters
TEL AVIV-GAZA.- Israel lanzó desde la madrugada una gran ofensiva aérea contra la Franja de Gaza, tras un intenso lanzamiento de cohetes por parte de milicianos palestinos, que aseguró podría ampliar con una misión terrestre “si es necesario”.
Al menos 14 palestinos murieron y unos 80 resultaron heridos por esta ofensiva. Entre los fallecidos hay ocho civiles, tres de ellos niños, mientras que el resto eran miembros de Hamas y la Yihad Islámica, según fuentes palestinas. El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, autorizó ayer al Ejército a movilizar a 40.000 soldados reservistas. Con la operación, quiere frenar el constante lanzamiento de cohetes contra sus ciudades.
De hecho, por primera vez en dos años milicianos palestinos lanzaron un cohete contra Tel Aviv, que fue interceptado por el sistema de defensa. Los habitantes de la capital financiera corrieron en busca de protección luego de que se activaran las alarmas advirtiendo sobre la posible caída de un proyectil, en el peor ataque realizado desde Gaza desde que comenzaron las hostilidades hace tres semanas. El gobierno había advertido que los ataques palestinos podrían alcanzar la ciudad.
Netanyahu instruyó al Ejército que se prepare para una posible ofensiva terrestre en la Franja. Es hora de “quitarse el guante de seda” en la lucha contra Hamas, sostuvo.
El primer ministro no se había pronunciado hasta ahora a favor de una gran operación militar, lo que desencadenó la ruptura con su socio de coalición, el partido ultraderechista Israel Beitenu. El líder de esta formación, el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, reclama una dura respuesta contra Hamas.
Hasta la tarde del martes, las Fuerzas Aéreas israelíes bombardearon unos 150 objetivos palestinos. El brazo armado de Hamas sostuvo que por estos ataque murió Rashid Yassin, un comandante de la Marina de la organización radical palestina. En tanto, desde el inicio de la ofensiva aérea fueron lanzados unos 130 cohetes contra territorio israelí.
El portavoz del Ejército, Peter Lerner advirtió que Israel ampliará la ofensiva aérea con una “misión terrestre si es necesario. La misión se prolongará tanto como sea necesario” afirmó el vocero. “Estamos preparándonos para una campaña contra Hamas, que no culminará en unos días”, apuntó por su parte el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, que indicó que la ofensiva continuará hasta que Hamas acepte un alto el fuego de acuerdo con los términos israelíes.
La nueva ola de violencia se desató tras el secuestro de tres jóvenes israelíes el pasado 12 de junio en Cisjordania, que aparecieron muertos pocos días después. La tensión aumentó días más tarde con el asesinato en represalia de un adolescente palestino.
Tras el secuestro, el Gobierno israelí atacó la infraestructura de Hamas en Cisjordania y detuvo a cientos de miembros de la organización. Entre ellos había varios que habían sido liberados hace tres años a cambio del soldado israelí Gilad Shalit. El grupo radical palestino puso como condición para dejar de lanzar cohetes que Israel ponga fin al bloqueo de la Franja de Gaza y que abra el paso fronterizo a Egipto.
Por primera vez desde noviembre de 2012, Hamas reconoció haber lanzado cohetes desde Gaza y aseguró haber impactado en ciudades como Asdod, Ascalón y Netivot con “decenas de cohetes en respuesta a la agresión sionista”. Durante el tiempo en que la agrupación oficialmente respetó la tregua mediada por Egipto, la mayor parte de ataques con cohetes fueron lanzados por pequeños grupos armados como la Yihad Islámica, los Comités de Resistencia Popular o el Frente Democrático para la Liberación de Palestina.
El presidente estadounidense Barack Obama instó a palestinos e israelíes a solucionar de manera pacífica el conflicto. “La paz es posible”, escribió Obama en una columna en el diario israelí “Haaretz”. El mandatario estadounidense consideró que ambas partes deben estar dispuestas a correr riesgos. (DPA-Reuters)
Al menos 14 palestinos murieron y unos 80 resultaron heridos por esta ofensiva. Entre los fallecidos hay ocho civiles, tres de ellos niños, mientras que el resto eran miembros de Hamas y la Yihad Islámica, según fuentes palestinas. El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, autorizó ayer al Ejército a movilizar a 40.000 soldados reservistas. Con la operación, quiere frenar el constante lanzamiento de cohetes contra sus ciudades.
De hecho, por primera vez en dos años milicianos palestinos lanzaron un cohete contra Tel Aviv, que fue interceptado por el sistema de defensa. Los habitantes de la capital financiera corrieron en busca de protección luego de que se activaran las alarmas advirtiendo sobre la posible caída de un proyectil, en el peor ataque realizado desde Gaza desde que comenzaron las hostilidades hace tres semanas. El gobierno había advertido que los ataques palestinos podrían alcanzar la ciudad.
Netanyahu instruyó al Ejército que se prepare para una posible ofensiva terrestre en la Franja. Es hora de “quitarse el guante de seda” en la lucha contra Hamas, sostuvo.
El primer ministro no se había pronunciado hasta ahora a favor de una gran operación militar, lo que desencadenó la ruptura con su socio de coalición, el partido ultraderechista Israel Beitenu. El líder de esta formación, el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman, reclama una dura respuesta contra Hamas.
Hasta la tarde del martes, las Fuerzas Aéreas israelíes bombardearon unos 150 objetivos palestinos. El brazo armado de Hamas sostuvo que por estos ataque murió Rashid Yassin, un comandante de la Marina de la organización radical palestina. En tanto, desde el inicio de la ofensiva aérea fueron lanzados unos 130 cohetes contra territorio israelí.
El portavoz del Ejército, Peter Lerner advirtió que Israel ampliará la ofensiva aérea con una “misión terrestre si es necesario. La misión se prolongará tanto como sea necesario” afirmó el vocero. “Estamos preparándonos para una campaña contra Hamas, que no culminará en unos días”, apuntó por su parte el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, que indicó que la ofensiva continuará hasta que Hamas acepte un alto el fuego de acuerdo con los términos israelíes.
La nueva ola de violencia se desató tras el secuestro de tres jóvenes israelíes el pasado 12 de junio en Cisjordania, que aparecieron muertos pocos días después. La tensión aumentó días más tarde con el asesinato en represalia de un adolescente palestino.
Tras el secuestro, el Gobierno israelí atacó la infraestructura de Hamas en Cisjordania y detuvo a cientos de miembros de la organización. Entre ellos había varios que habían sido liberados hace tres años a cambio del soldado israelí Gilad Shalit. El grupo radical palestino puso como condición para dejar de lanzar cohetes que Israel ponga fin al bloqueo de la Franja de Gaza y que abra el paso fronterizo a Egipto.
Por primera vez desde noviembre de 2012, Hamas reconoció haber lanzado cohetes desde Gaza y aseguró haber impactado en ciudades como Asdod, Ascalón y Netivot con “decenas de cohetes en respuesta a la agresión sionista”. Durante el tiempo en que la agrupación oficialmente respetó la tregua mediada por Egipto, la mayor parte de ataques con cohetes fueron lanzados por pequeños grupos armados como la Yihad Islámica, los Comités de Resistencia Popular o el Frente Democrático para la Liberación de Palestina.
El presidente estadounidense Barack Obama instó a palestinos e israelíes a solucionar de manera pacífica el conflicto. “La paz es posible”, escribió Obama en una columna en el diario israelí “Haaretz”. El mandatario estadounidense consideró que ambas partes deben estar dispuestas a correr riesgos. (DPA-Reuters)