Por Sebastian Fest, DPA
Tres años después de esfumarse como tenista, el sueco Robin Soderling reconoce errores en su primera época de jugador y revela que tiene en la mira volver al circuito en la temporada 2015.
“Voy a intentarlo, sin dudas, y espero que funcione”, dijo el ex número cuatro del mundo. Soderling, de 30 años, fue finalista de Roland Garros en 2009 y 2010, pero es sobre todo recordado por ser el único jugador capaz de derrotar hasta ahora al español Rafael Nadal en el Abierto de Francia. Aquel éxito fue en 2009. En 2011, una mononucleosis lo dejó fuera del circuito.
Además de dedicar dos años a diseñar una pelota de tenis que lleva sus siglas (RS), Soderling debutó este año como director del torneo de Estocolmo, que podría ser, en octubre de 2015, el escenario en el que intente regresar al circuito.
Sentado ante el escritorio caoba desde el que controló el torneo ganado recientemente por el checo Tomas Berdych, un Soderling impecablemente vestido con una chaqueta azul admitió que añora ser tenista. “Quisiera jugar al tenis porque amo jugar, y siento que cuando esto pasó estaba en mis mejores años”, recordó el sueco.
Soderling dijo haberse apresurado para regresar al tenis: “Fui muy tonto al principio, entrenaba demasiado duro y sufría recaídas que me obligaban a descansar por semanas. Ahora soy más cauto”. El sueco aseguró que en los últimos meses se entrena cada vez más, pero que los inicios de su enfermedad fueron horribles.
La recuperación
“Los primeros seis meses no podía caminar ni diez metros, tenía que descansar después de cinco metros. Fue horrible. El primer año fue realmente malo. Ahora ya no hay mucho que los médicos puedan hacer. No hay medicina, hice todo. Es el cuerpo ahora el que debe curarse a sí mismo”.
“Tengo la fatiga post-viral. A veces, si eres desafortunado, el cuerpo puede estar cansado por mucho, mucho tiempo”. El suizo Roger Federer sufrió mononucleosis años atrás, aunque fue afortunado, porque el problema sólo lo afectó en forma importante durante unas semanas.
“Mario Ancic (croata) tuvo muchos problemas. Le costó años volver”, recordó Soderling. “Dicen que todos vuelven a estar al 100 por ciento de su forma física, pero a algunos les lleva dos meses, a otros tres años”.
La otra mirada
Desde su función de director de torneo, Soderling nota cosas que antes no veía.
“Pequeñas cosas. Ves, por ejemplo, que los jugadores toman un poco de agua y tiran la botella de agua mineral. Yo hacía lo mismo cuando jugaba, no pensaba en eso. Pero ahora veo 200 botellas y... O que se llevan las toallas. Así que ahora, estando del otro lado, piensas de otra manera”.
“A los jugadores se los malcría mucho, tienes todo, todas las semanas, y lo consideras un hecho”, añadió Soderling, que asintió al mencionársele que muchos de esos beneficios para los jugadores son gratuitos: “Y te acostumbras a ello. Lo ves normal”.
“Aunque es también una vida muy dura en lo físico y en lo mental. Tienes que rendir cada semana, tienes la presión de los medios, de los patrocinadores, del ranking, de todo”.
Soderling está entusiasmado con “RS”, e incluso estuvo en Tailandia discutiendo con el fabricante las características de la pelota que diseñó.
“No hablan nunca con tenistas, es increíble. No hay ninguna pelota que esté diseñada por jugadores de tenis, que son los que saben de esto, mucho más que la máquina”, sostuvo.
El sueco aseguró que sus dos finales de Roland Garros son para él mucho más valiosas que aquel triunfo sobre Nadal el 31 de mayo de 2009 en los octavos de final del torneo, aunque define como “alucinante” el éxito que tiene el español en un certamen que ganó ya nueve veces.
“Es increíble, todos los años hablan de mí como el único en ser capaz de vencerlo. Está muy bien, pero antes o después perderá. Si no se retira antes. Si se retira en dos años, va a ganarlo una o dos veces más. Es duro. (Novak) Djokovic está jugando bien y también Federer está jugando bien de nuevo. Es increíble. No me puedo dar una idea de lo bueno que es (Nadal)”.
Soderling se lamentó de haber sido a veces excesivamente duro en el circuito, donde no contaba con demasiados amigos fuera del círculo de jugadores suecos.
“Me veo en algunos partidos y no parezco la más simpática de las personas... Quizás no lo era en la cancha, pero fuera de ella era diferente”.
Es probable, añadió, que se haya tomado el tenis excesivamente en serio.
“Quizás demasiado en serio, porque cuando jugaba no hacía mucho más. Me gusta jugar al golf, me gusta cazar, me gusta bucear, pero no lo hacía porque... No, no, tenía que enfocarme en el tenis. Estaba en una burbuja, mi vida entera era tenis”.