Por Alejandro Klappenbach
30 Diciembre 2014
LA PRIMERA VEZ. Emiliano Grillo consiguió su primera victoria en el campo rentado en el Martindale Golf Club. En las próximas semanas, Europa lo espera otra vez. reuters (archivo)
Hay que bucear en la historia para encontrar un campeón del Abierto de la República de Golf de apenas 22 años. Hace algunas semanas, Emiliano Grillo paseó su clase por el verde de Martindale Golf Club y se regaló la primera victoria profesional de su vida deportiva. El triunfo no hizo más que afirmar lo que muchos imaginan desde hace años: su carrera es a cielo abierto porque nadie sabe dónde está el techo de su juego. Siempre sonriente, el joven chaqueño dialogó con LG Deportiva.
- ¿Tomaste conciencia de lo que conseguiste?
- No creo que la cosa vaya a pasar por caer o no caer, creéme que lo tomé muy bien, con mucha naturalidad. Mientras jugaba era consciente de lo que estaba viviendo, de cómo debía actuar, sabía dónde estaba, tenía claro cuánto quería lo que estaba por conseguir. Quizá por eso, cuando se dio, fue muy racional. No me superó el momento, la situación, no me volví loco, de verdad no me desacomodó. Hoy tampoco siento que me haya reacomodado. Fue mi primera victoria, es importante, la disfruto, siento orgullo de poder decir que soy el campeón del Abierto. Pero la vida sigue.
- ¿Tuviste una sensación especial al llegar a Martindale?
- No puedo hablar de un momento en particular. Fue algo que se fue dando en el transcurso de la semana. Venía de unos días libres que había aprovechado para descansar al máximo, por lo que hasta puedo decir que me sentía un tanto rústico con mis golpes. A medida que pasaron las horas mejoré, me sentí cómodo. Es una cancha que siempre me gustó, en la que en general jugué bien. Y eso, evidentemente, estaba en algún lugar de la memoria, tanto de mi cabeza como de mi cuerpo. Por suerte las cosas se dieron.
- Jugaste con Cabrera en la línea. ¿Qué significado tuvo para vos?
- Fue una presión extra, una linda presión extra. Cabrera es el mejor jugador latinoamericano de todos los tiempos, es un halago compartir línea con él. Para mí representó un plus, era la primera vez que me tocaba con él y lo disfruté profundamente. Por otra parte, que me hayan puesto en esa línea significa que lo mío es importante, nadie te regala esos lugares en un torneo de semejante categoría.
- ¿La victoria en el Abierto cambió la evaluación que hacés de tu temporada?
- Durante 2014 tuve varias oportunidades de ganar, jugué algunas semanas con esa consistencia necesaria para llegar bien parado al domingo. Tres o cuatro veces sentí que se me negó un triunfo probable, aunque sólo una fue responsabilidad mía. De las otras no me quedó nada que reprocharme, porque hubo otros jugadores que hicieron sus méritos para triunfar. Eso en contexto europeo es muy importante para mí, aunque a la vez me hubiese gustado estar más veces en la conversación. Destaco haber pasado el corte una inmensa mayoría de veces, es otra muestra de la consistencia de la que hablaba antes. Y la victoria en Martindale definitivamente lo convierte en un año inolvidable.
- En general cuando se habla de vos nadie deja de mencionar “tiene apenas 22 años”…
- En promedio la plenitud se alcanza a partir de los 28 años, aunque cada caso es una historia distinta. Hay gente que sigue plena a los 45, hay otros que ganaron Majors a los 22 o 23. En mi caso sé que me falta mucho tiempo de juego aunque no me olvido que tomé los palos a los 5 años y que compito desde muy chiquito. Son 17 años de golf, es un buen rato en las canchas. Estoy convencido de que me falta para llegar al punto de plenitud física y mental. Perseguir la plenitud es un gran objetivo. Y mientras se la persigue, hay que dar lo mejor de cada uno. En ese camino no me apuraría preguntándome si llegué a mi techo, no al menos hasta dentro de 10 años.
- La primera victoria profesional es un objetivo de todos; el abierto de la República es un sueño de muchos. Ahora que tu objetivo y tu sueño se cumplieron, ¿a qué apuntás?
- Ganar el Abierto es un gran plus para mi primera victoria, no es cualquier victoria. Me permite tachar con una cruz algo importante en la vida de cualquier golfista argentino. Sin embargo mis objetivos generales no cambiaron, intentaré ser regular en Europa, conseguir los resultados que me permitan ubicarme bien en la carrera a Dubai, y hacerlo bien en los torneos grandes. En ese contexto también se cruzan objetivos específicos como mi primera victoria en Europa, llegar más arriba en el ranking, entrar a los Majors.
- ¿Y mudarte a jugar a Estados Unidos?
- Se verá de acuerdo a cómo resulten las cosas, no hay apuro para eso. Llegará en el momento en que esté listo para hacerlo. Todavía no lo pienso en términos de una fecha o un año en particular. Yo disfruto enormemente jugar en Europa, convivir con las dificultades del clima me hace aprender muchísimo, potencia mi capacidad de adaptación. En Estados Unidos algunas cosas son más parejas y más fáciles. Por ahora estoy enfocado en aprender allí. Cuando haya que cambiar, cambiaremos.
- ¿Tomaste conciencia de lo que conseguiste?
- No creo que la cosa vaya a pasar por caer o no caer, creéme que lo tomé muy bien, con mucha naturalidad. Mientras jugaba era consciente de lo que estaba viviendo, de cómo debía actuar, sabía dónde estaba, tenía claro cuánto quería lo que estaba por conseguir. Quizá por eso, cuando se dio, fue muy racional. No me superó el momento, la situación, no me volví loco, de verdad no me desacomodó. Hoy tampoco siento que me haya reacomodado. Fue mi primera victoria, es importante, la disfruto, siento orgullo de poder decir que soy el campeón del Abierto. Pero la vida sigue.
- ¿Tuviste una sensación especial al llegar a Martindale?
- No puedo hablar de un momento en particular. Fue algo que se fue dando en el transcurso de la semana. Venía de unos días libres que había aprovechado para descansar al máximo, por lo que hasta puedo decir que me sentía un tanto rústico con mis golpes. A medida que pasaron las horas mejoré, me sentí cómodo. Es una cancha que siempre me gustó, en la que en general jugué bien. Y eso, evidentemente, estaba en algún lugar de la memoria, tanto de mi cabeza como de mi cuerpo. Por suerte las cosas se dieron.
- Jugaste con Cabrera en la línea. ¿Qué significado tuvo para vos?
- Fue una presión extra, una linda presión extra. Cabrera es el mejor jugador latinoamericano de todos los tiempos, es un halago compartir línea con él. Para mí representó un plus, era la primera vez que me tocaba con él y lo disfruté profundamente. Por otra parte, que me hayan puesto en esa línea significa que lo mío es importante, nadie te regala esos lugares en un torneo de semejante categoría.
- ¿La victoria en el Abierto cambió la evaluación que hacés de tu temporada?
- Durante 2014 tuve varias oportunidades de ganar, jugué algunas semanas con esa consistencia necesaria para llegar bien parado al domingo. Tres o cuatro veces sentí que se me negó un triunfo probable, aunque sólo una fue responsabilidad mía. De las otras no me quedó nada que reprocharme, porque hubo otros jugadores que hicieron sus méritos para triunfar. Eso en contexto europeo es muy importante para mí, aunque a la vez me hubiese gustado estar más veces en la conversación. Destaco haber pasado el corte una inmensa mayoría de veces, es otra muestra de la consistencia de la que hablaba antes. Y la victoria en Martindale definitivamente lo convierte en un año inolvidable.
- En general cuando se habla de vos nadie deja de mencionar “tiene apenas 22 años”…
- En promedio la plenitud se alcanza a partir de los 28 años, aunque cada caso es una historia distinta. Hay gente que sigue plena a los 45, hay otros que ganaron Majors a los 22 o 23. En mi caso sé que me falta mucho tiempo de juego aunque no me olvido que tomé los palos a los 5 años y que compito desde muy chiquito. Son 17 años de golf, es un buen rato en las canchas. Estoy convencido de que me falta para llegar al punto de plenitud física y mental. Perseguir la plenitud es un gran objetivo. Y mientras se la persigue, hay que dar lo mejor de cada uno. En ese camino no me apuraría preguntándome si llegué a mi techo, no al menos hasta dentro de 10 años.
- La primera victoria profesional es un objetivo de todos; el abierto de la República es un sueño de muchos. Ahora que tu objetivo y tu sueño se cumplieron, ¿a qué apuntás?
- Ganar el Abierto es un gran plus para mi primera victoria, no es cualquier victoria. Me permite tachar con una cruz algo importante en la vida de cualquier golfista argentino. Sin embargo mis objetivos generales no cambiaron, intentaré ser regular en Europa, conseguir los resultados que me permitan ubicarme bien en la carrera a Dubai, y hacerlo bien en los torneos grandes. En ese contexto también se cruzan objetivos específicos como mi primera victoria en Europa, llegar más arriba en el ranking, entrar a los Majors.
- ¿Y mudarte a jugar a Estados Unidos?
- Se verá de acuerdo a cómo resulten las cosas, no hay apuro para eso. Llegará en el momento en que esté listo para hacerlo. Todavía no lo pienso en términos de una fecha o un año en particular. Yo disfruto enormemente jugar en Europa, convivir con las dificultades del clima me hace aprender muchísimo, potencia mi capacidad de adaptación. En Estados Unidos algunas cosas son más parejas y más fáciles. Por ahora estoy enfocado en aprender allí. Cuando haya que cambiar, cambiaremos.
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