Cartas de lectores
21 Febrero 2015
Recuperar Yerba Buena

Como habitante de Yerba Buena, los invito a reflexionar sobre el estado de increíble deterioro en que se encuentra nuestra querida ciudad. Estamos entrando en un peligroso proceso de acostumbramiento y tolerancia injustificada ante el calamitoso estado de nuestras calles, la suciedad y desprolijidad de los espacios públicos, los pastizales sin cortar, las veredas destruidas y el tránsito caótico. Gran parte de la responsabilidad de lo que nos ocurre es  sin duda de quienes nos gobiernan, fruto de la inacción, la falta de criterio profesional en la asignación de recursos, y la ausencia de control en las obras realizadas. Basta ver el estado de nuestras calles, gran parte de ellas asfaltadas hace muy poco, sin que nadie se haga responsable por los millones dilapidados en obras de dudosa transparencia. Pero también es cierto que los ciudadanos somos corresponsables cuando sacamos la basura en horarios no permitidos o tiramos papeles en espacios públicos sin remordimiento alguno; cuando manejamos sin ninguna conciencia vial ni respeto por el otro, cuando con total pasividad vemos avanzar la decadencia de nuestra ciudad y con resignación apelamos solo a la queja inconducente en charlas de café. Nosotros somos quienes no exigimos a nuestros intendentes y concejales explicaciones sobre cómo se aplica el presupuesto anual para infraestructura; cuántos planes trabajar dispone Yerba Buena, con qué criterio se asignan y qué tareas específicas cumplen sus beneficiarios; por qué se inicia la obra del Bulevar 9 de Julio en plena época de lluvias (las obras de desagües pluviales se hacen en épocas de seca para evitar atrasos y desconsolidaciones de los suelos, además de mayores costos futuros por las obras mal hechas); en qué quedó el plan de semáforos en la avenida Aconquija; por qué las calles están todas destruidas, después de haber gastado millones en su repavimentación o quiénes son responsables de responder por las obras mal realizadas. Invito a aquellos vecinos que compartan mi preocupación a que generemos un plan ciudadano y urbanístico que regule y mejore el crecimiento de nuestra ciudad para, a título de colaboración, ponerlo en manos del próximo intendente, sea quién sea, y sin importar a qué partido político pertenezca, ya que lo que debe importar es la mejora de  Yerba Buena. Y una vez concretado el plan, también debemos velar para que el Estado municipal futuro cumpla con los objetivos preestablecidos.  

Javier Zerda



Como un campo minado

A pesar de los reiterados reclamos de cientos de tucumanos y ante la inoperancia de las máximas autoridades provinciales, y de la Dirección Provincial de Vialidad, el neurálgico corredor productivo Lules/El Bracho ya presenta la apariencia de una ruta recién bombardeada o de un campo minado. Es increíble que a pesar del tiempo y las quejas la alfombra asfáltica de la ruta se encuentra en pésimas condiciones, y sin que nadie se haga cargo de las consecuencias que sufrimos quienes transitamos con nuestros vehículos por esa vía. A primeras horas de la mañana del 19 de febrero, cinco ofuscados automovilistas, a pocos metros unos de otros, cambiaban simultáneamente sus ruedas delanteras izquierdas, destruidas al atravesar un mismo cráter que lleva tiempo y se agranda cada vez más, exactamente a la altura de la salida de Lules. ¿De qué Tucumán productivo se jactan en sus propagandas políticas los candidatos oficialistas, si tras 12 años de gestión han sido incapaces de mantener una vía de circulación crucial para insumos y productos de la provincia?

Santiago José Paz



ACUERDOS CON CHINA

Con el debido respeto a su investidura, señora Presidenta, atento al mensaje televisivo por el que nos informa que “este, su Gobierno, no permite que nadie le marque la cancha”, le hago notar que los acuerdos con China nos han marcado la cancha por más de cincuenta años, y que los futuros gobiernos deberán hacer esfuerzos enormes para cumplir lo pactado. De otro modo, tendremos la flota de guerra de ese país oriental -que no se anda con chiquitas-, apuntando a nuestra valiosa Patagonia con sus misiles nucleares. Y nosotros, con el Ejército desarticulado, con qué nos defenderemos?  Piénselo, señora Presidenta, y luego -si puede- exista. 

Domingo Omar Almirón            



¿Picardía o robo?

Nuevamente agradezco a LA GACETA por publicar, aún en esta situación tan grave por la que pasa nuestro país, algunas inquietudes, hechos o circunstancias  que permitan mejorar nuestra vida de relación. El lector Ariel Rossi, a quien conozco hacen muchos años, hace una serie de indicaciones para comprar repuestos de automóviles, hasta llegar a la curiosa propuesta de que el cliente debe presentar el ¡número de chasis de su vehículo!, y en un sistema informático. Veamos, un vehículo tiene mas de 1.000 piezas o partes, todas numeradas de fábrica ¿debemos llevar el software para comprar una tapita de depósito de agua? Esta bien, buen consejo para mecánicos que suelen pedir “ese cosito del carburador”,  o para damas que estrenan automóvil. En mi caso, para bien y para mal, tengo automóviles desde hacen 60 años y créame Rossi, si sé leer los “made in” y trato de no comprar los de origen chino o hindú, ya que ambas naciones fueron colonia de los piratas ingleses que, dando pésima calidad distribuyen sus productos por el mundo a menor precio, tal vez. Sobre inflación, picardía o robo, yo sólo quería dar un ejemplo de los muchos que vemos o sufrimos a diario, y créame Rossi, la tapita era la misma que la que ofrece un negocio que vende productos específicos, pero para mi XR3 pretendían cobrar el 400% más. Pero también hoy, al comprar milanesas de pollo en el Mercado del Norte, el kilogramo, hecho a la vista, se cobra en un puesto $44 y a solo treinta pasos, el mismo producto vale $ 54. ¿Dirán allí que sus pollos son importados, y son cruza de faisán con pavo real, que los huevos que utiliza los pone la gallina de los ídem de oro y que su pan rallado es equivalente al maná, aquel milagroso manjar que envió Dios a los israelitas en el desierto? Tal vez alguien piense así. Yo en cambio, con los pies en mi querida Argentina donde parecen haber muchos Viejo Vizcacha, “medio cimarrón, muy renegao, muy ladrón”, pregunto nuevamente: ¿es inflación, picardía o robo”? 

Federico Vázquez



Los miserables

Han estado en todos los cargos que uno se puede imaginar, menos en donde hay que trabajar. No tienen vergüenza (desconocen el significado de esta palabra) ni nunca la tendrán. Muchas veces forman parte del “honorable” Concejo o Cámara pero de honorables no tienen nada. Dicen que le vendieron el alma al diablo, yo creo que se la alquilaron, que es peor. Transitan constantemente entre la miseria humana y la miseria económica, por eso que de miserables pueden dar cátedra. Estamos rodeados de todos estos miserables, que ni siquiera son capaces de reconocer sus errores, ya que si así lo hicieran harían un paso al costado para ver si otro puede arreglar los problemas en donde ellos nos metieron. Son tan miserables que la idiotez humana y el ansia de poder que tienen no les permiten pensar que en algo se equivocaron, que algún error cometieron. Se creen omnipotentes y perfectos, fruto de la miseria humana y soberbia que los rodea. Los miserables no piensan en su familia y, menos en sus hijos; ¿cómo puede ser que estén de acuerdo en que los alumnos aunque no sepan lo que tienen que saber, igual pasen al grado siguiente? El día de mañana estos alumnos (que pueden ser uno de sus hijos) serán profesionales -médico, ingeniero, contador o abogado- con los conocimientos precarios que les dio la escuela o colegio que sigue las normas del Gobierno actual. 

Gustavo Sobral


Nisman I

Me dejó pasmado el discurso del 18F de la Presidenta, en ocasión de la puesta en marcha de la central atómica Atucha II. Evidentemente, de democracia entiende poco y nada. Afirmar que su gobierno “…no permite que nadie le marque la cancha…” es lisa y llanamente una ignorancia supina o un perverso personalismo con subido tono de soberbia. ¿Querrá compararse con la frase que le atribuyen a Luis XV “el Estado soy yo”? ¿Y la división de poderes? ¿Y el intercambio enriquecedor de las ideas? ¿Y el sentido de la libertad que nos viene de la Revolución Francesa? Por otro lado, también entiende poco y nada de protocolo, diplomacia, lenguaje apropiado y culto, cuando textualmente dijo que la Argentina es: “…un país de ovarios, por lo menos hasta el 10 de diciembre…”. Es triste ver a un pueblo que en ignorancia de sus derechos ciudadanos elige a un tirano como gobernante, tal como lo aseveraba el inmortal Alberdi. El estridente silencio que   caracterizó a los que concurrimos al homenaje del fiscal Alberto Nisman pretende servir de mano extendida para que todos los argentinos logremos entender que nos salvamos entre los más de 40 millones que somos, incluidos los lectores que en esta sección se esfuerzan  por convencernos de las bondades democráticas y cultas de la señora.   

Luis Vides Almonacid



Nisman II

Fue lamentable ver a tantos argentinos marchando para homenajear a una persona que tuvo la irresponsabilidad de acusar a la Presidenta de la Nación, poniendo en juego la estabilidad institucional, mediante una denuncia bastante “floja de papeles”. (Reconocido hasta por acérrimos opositores al gobierno como el periodista Marcelo Longobardi, por ejemplo) El fiscal Nisman, al que la mayoría de los manifestantes ni siquiera conocían hasta el día de su muerte, tuvo 10 años la causa AMIA en sus manos, y poco hizo para que avanzara. Manejaba un presupuesto millonario con el cual pagaba suculentos salarios, injustificadamente, a muchos colaboradores, entre ellos a su íntimo amigo quien fue el que le prestó el arma de la que salió el proyectil mortal. Fue patético ver gente marchando con carteles que rezaban “Yo soy Nisman”, cuando no tienen la menor idea de la vida y obra de este señor. Se encolumnaron detrás de un grupo de fiscales corruptos (dos de estos, amigos y cómplices de personajes nefastos como Rafa Di Zeo, líder del barrabrava de Boca Juniors) y golpistas que tuvieron la desfachatez de reclamar verdad y justicia, cuando son ellos los encargados de proveer estos valores. No tengo dudas de que la motivación de la inmensa mayoría tuvo más que ver con aquello que me reconoció un conocido mío, de que “iba a la marcha porque  odia a la yegua y quiere que se vaya de una buena vez”. Es claro que todo esto de la marcha se trató de un testeo de apoyo ciudadano al intento destituyente, de parte de quienes no quieren que el Gobierno termine su mandato. Es lo que se vio reflejado en el perfil de los concurrentes, y en lo que estos expresaban en varias entrevistas; mayoría de añoradores de otros tiempos, en los que se buscaban a las fuerzas armadas para desalojar a los gobiernos democráticos. La verdad,  sentí vergüenza ajena por todos los que fueron a marchar, ya que si bien no fueron por el choripán y la gaseosa, lo hicieron arrastrados por las mentiras de los que quieren derrocar al Gobierno. Vergonzoso fue también ver que en la provincia de Córdoba salieron a marchar, a pesar de que a pocos kilómetros del lugar del encuentro tenían comprovincianos inundados, y que lloraban la muerte de sus seres queridos. Por estos muertos nadie marchó. 

Camilo Peral Tobar
Avenida Mate de Luna 1.855    
San Miguel de Tucumán



Nisman III

El comentario mal intencionado y descaradamente disfrazado, comúnmente es entendido como un giro fortuito al contraste de los hechos, y puede contener una sutil burla o un “ chisme “ mal intencionado, con sarcasmo descarado, mordaz y hasta cruel, con que se ofende o maltrata a alguien o a    grupos de personas. Lo irónico es  que lo sarcástico nace justamente de la ironía de la vida; existen comentarios que tienen una intención violenta, que resultan agresivos y hasta maliciosos, y su intención es ofender al más alto nivel. El ingenio de las personas, a veces ha podido unir estos dos conceptos, ironía y sarcasmo, para atacar indiscriminadamente a una persona, a un sector, a un país, etcétera. Esto consiste en tratar de dejar en ridículo a personas frente a los demás. Posiblemente lo que le llamó la atención al lector Oscar Alberto Beltrán (carta de lectores, del 20 de febrero), y hasta le llegó a “preocupar” es quizás, el haber observado la marcha por TV, y no tuvo oportunidad, por lógica, ver debajo de los paraguas ni de pedir el DNI a las personas participantes de la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman, que el lector, con sus comentarios, la convierte en una marcha política. “El ignorante no sabe pensar. El fanático no quiere pensar. El cobarde no se atreve a pensar”.  Sin la intención de ofender, esto es irónico.    

Pablo José Giunta



Nisman IV

“Lo mejor que nos puede pasar a los argentinos es que se sepa la verdad, que la Justicia actúe y que diga qué es lo que pasó. Creo que el mejor homenaje que se le puede hacer a (Alberto) Nisman es que la Justicia actúe rápido y que salga a la luz la verdad”. Estas expresiones son las de nuestro Gobernador en clara referencia al fiscal asesinado por investigar la presunta corrupción argentino-iraní, en contra de las víctimas del atentado a la AMIA. Creo que se quedó corto el Gobernador. Yo indagaría a aquellos que votaron el memorándum de entendimiento con los agresores del Estado argentino y los responsabilizaría, por la consecuencia inmediata de ese desatino: la muerte del fiscal. Aquí no se trata de hacerse los desentendidos y escandalizados;   se trata de decir toda la verdad para obtener como corolario la justicia buscada, y asumiendo las  responsabilidades que sean propias y colectivas, producto primordialmente, de la obediencia u obsecuencia debidas al mandamás de turno o al famoso modelo. La Justicia actuaría rápido, si nuestros representantes dijesen la verdad sobre los motivos de sus votos. No existen fueros para los traidores a la Patria o para encubrir, pues entonces expliquen su voto y si estamos equivocados dígannos cuál es la verdad, porque de lo contrario, nunca habrá justicia. 

Pablo Parellada
Raúl Colombres 81            
San Miguel de Tucumán



Nisman V

Sobre el desagradable y triste comentario del empleado del Senado, Alex Freyre “Néstor hace pis”, responderé con un comentario muy inteligente que escuché de un joven que caminó en la marcha, bajo la lluvia, junto a  miles de argentinos, para homenajear la tarea realizada por el fiscal   Nisman, por la cual terminó muerto el 18 de enero. “Dudo que Néstor esté flotando sobre todos nosotros”. La verdad ¡cuánta razón Augusto! ¿Dónde andará Néstor? Arriba nuestro está sólo Dios. 

Noemí Barrenechea    



Nisman VI

Bendito el pueblo que se manifestó el 18F, bendito el pueblo que es solidario,  bendito el empeño  por  querer  vivir en una Patria justa.  Bendita la lluvia que lo descubrió entero y de pie. Bendito Francisco, cuando les dijiste a los jóvenes “hagan lío”, y bendita esta Patria mía que con tanto respeto demostró que en silencio también es posible dejar en claro muchas cosas y que no necesita de tanto verbo para escribir una página en la historia. Alex Freyre, qué pena que tanta militancia no le haya servido para practicar el respeto y la educación. Lo suyo también fue útil: nos dejó muy en claro lo que que no queremos ser. 

Norma Nelegatti de Matías                                                                                         [email protected]



Batalla de Salta

Todos los años, en la ciudad de Salta, se conmemora un nuevo aniversario de la Batalla de Salta, ocurrida el 20 de febrero de 1813, con un desfile cívico militar en el Monumento donde se honra la memoria de aquel célebre combate. Sin embargo, este año las autoridades provinciales lo suspendieron por la lluvia que cayó en la madrugada (el argumento oficial fue que los caballos de los gauchos caerían al desfilar), pero desde las 10 de la mañana, en adelante, la lluvia paró y podría haberse realizado el acto oficial. El miércoles, veíamos por televisión a miles de argentinos, que bajo una lluvia intensa dijeron presente para homenajear a un fiscal. Pero en Salta pareciera que tienen miedo a herrumbrarse y dijeron “no” a un homenaje a la Patria, que significa un “no” al glorioso 20 de febrero de 1813, fecha en la que el general Manuel Belgrano derrotó a Pío Tristán, en un combate que dejó una baja de unos 600 soldados. ¿Será que en vez de miedo al agua, le tienen miedo a la gente? Siento vergüenza como salteño, no haber podido rendir el merecido homenaje a quienes Belgrano recordó: “aquí yacen los vencedores y los vencidos”. Ah, por si no sabían, el día de la histórica batalla también llovía, y nuestros héroes se movilizaron de a pie y a caballo, y sus adversarios no esperaron un día mejor para hacerla. 

Carlos Amieva

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