02 Enero 2016
UNA NOCHE CON CIELO ILUMINADO. Los relámpagos se sucedieron incesantemente el 30 sobre la capital.
Para la fiesta de Año Nuevo, el clima le dio una tregua a los tucumanos. Durante las últimas horas del 30 de diciembre, las tormentas que se abatieron sobre Tucumán provocaron la evacuación de medio centenar de personas, voladuras de techos y otros daños menores en distintos puntos de la provincia.
“El Gobierno se prepara para el peor verano posible”, fue la evaluación que, el 31, efectuó el secretario General de la Gobernación, Pablo Yedlin. Tras los relevamientos realizados ese día, Yedlin y el Comité de Emergencia (lo integran la ministra de Salud, Rossana Chahla; el ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin; la secretaria de Obras Públicas, Cristina Boscarino; el titular de la DPA, Manuel Alías, y el director de Defensa Civil, Fernando Torres) comunicaron que los equipos técnicos se ocuparon de los damnificados y que en los próximos días seguirá trabajando en las zonas críticas.
Yedlin detalló que las situaciones más urgentes se dieron en San Pedro de Colalao (hubo 43 personas evacuadas), La Cocha (12 familias evacuadas y varias voladuras de techos), y en La Invernada y Alberdi (una familia evacuada en cada localidad). En la capital, agregó, se registraron anegamientos en el barrio CGT y en Los Vázquez; allí también se debió reubicar a algunas familias. Además detalló la cantidad de agua caída en los distintos lugares: 136 mm en Concepción, 125 mm en San Pedro, 110 mm en Monteros y 82 mm en San Miguel de Tucumán.
Techos y provisiones
El vicegobernador, Osvaldo Jaldo, precisó ayer a LA GACETA que los vecinos de San Pedro del Colalao que habían sido llevados a un albergue frente a la plaza principal pudieron retornar a sus casas en las últimas horas del 31 de diciembre para recibir allí el Año Nuevo.
“Se volvieron a techar 18 viviendas”, detalló el titular de la Legislatura, quien se preocupó en ratificar que los inconvenientes fueron provocados por la acción combinada del viento, la lluvia y el granizo. “Quiero aclarar que no hubo desbordes de rios, que por cierto presentan cauces bajos. Todo está listo para la temporada de verano”, insistió.
Para que los damnificados retornaran a sus hogares, también se les entregaron colchones, colchas, alimentos no perecederos y cajas con productos navideños.
El desafío
“Lo que pasó (en la noche del miércoles) está relacionado con tormentas inusitadas, por el volumen de agua. Que en tres o cuatro horas caigan 120 mm genera anegamientos en cualquier lugar”, manifestó Yedlin durante la conferencia de prensa del 31.
“Seguiremos, como lo venimos haciendo, fortificando nuestros ríos y nuestra capacidad de respuesta. No tenemos posibilidad de modificar esta situación. Las lluvias van a seguir ocurriendo, el fenómeno climatológico existe. Seguiremos respondiendo a la emergencia cuando la emergencia ocurra”, puntualizó.
El funcionario también reconoció que no sólo las lluvias generan inconvenientes. “Hay un maltrato al piedemonte en múltiples localidades y tenemos la obligación de trabajar para regular esas situaciones porque la absorción de agua en esos suelos no es la misma. Y también las represas (El Cadillal, La Angostura y Escaba; y también El Frontal, aunque no sea nuestra) requieren una mirada permanente de las empresas que las manejan. Las locales están en condiciones de recibir agua, hemos bajado su volumen para ello”, subrayó.
“Vamos a seguir trabajando en ayudar a la suerte, para que las obras que se han hecho en los ríos sigan resistiendo a los embates de la naturaleza”, informó.
La tarde estaba yéndose el 30 de diciembre, pero la falta de luz se anticipó. La interrupción en el suministro de energía eléctrica afectó a las principales ciudades del oeste y del sudoeste tucumano, y a medida que se prolongó el corte se fueron incrementando los temores. No sólo de los vecinos, por los inconvenientes para los preparativos de la cena de fin de año, sino también de los comerciantes, por las consecuencias que un largo apagón podría traer para los alimentos no perecederos. Finalmente, y luego de varias horas, todo volvió a funcionar.
La tormenta del miércoles puso al sistema eléctrico provincial en estado de emergencia por fallas en instalaciones de transporte y de distribución de energía eléctrica, de acuerdo con lo que informó la empresa EDET.
Según la firma, durante la tormenta 110.000 clientes se quedaron sin luz en La Cocha, Alberdi, Aguilares, Concepción, Monteros, Famaillá, Lules y zonas aledañas. También se vieron afectados usuarios de San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Tafí Viejo.
Alrededor de las 11 de ayer ya se había restituido el servicio a 64.000 clientes. Durante el transcurso del último día del año se fue normalizando la situación para el resto de los usuarios.
“El Gobierno se prepara para el peor verano posible”, fue la evaluación que, el 31, efectuó el secretario General de la Gobernación, Pablo Yedlin. Tras los relevamientos realizados ese día, Yedlin y el Comité de Emergencia (lo integran la ministra de Salud, Rossana Chahla; el ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin; la secretaria de Obras Públicas, Cristina Boscarino; el titular de la DPA, Manuel Alías, y el director de Defensa Civil, Fernando Torres) comunicaron que los equipos técnicos se ocuparon de los damnificados y que en los próximos días seguirá trabajando en las zonas críticas.
Yedlin detalló que las situaciones más urgentes se dieron en San Pedro de Colalao (hubo 43 personas evacuadas), La Cocha (12 familias evacuadas y varias voladuras de techos), y en La Invernada y Alberdi (una familia evacuada en cada localidad). En la capital, agregó, se registraron anegamientos en el barrio CGT y en Los Vázquez; allí también se debió reubicar a algunas familias. Además detalló la cantidad de agua caída en los distintos lugares: 136 mm en Concepción, 125 mm en San Pedro, 110 mm en Monteros y 82 mm en San Miguel de Tucumán.
Techos y provisiones
El vicegobernador, Osvaldo Jaldo, precisó ayer a LA GACETA que los vecinos de San Pedro del Colalao que habían sido llevados a un albergue frente a la plaza principal pudieron retornar a sus casas en las últimas horas del 31 de diciembre para recibir allí el Año Nuevo.
“Se volvieron a techar 18 viviendas”, detalló el titular de la Legislatura, quien se preocupó en ratificar que los inconvenientes fueron provocados por la acción combinada del viento, la lluvia y el granizo. “Quiero aclarar que no hubo desbordes de rios, que por cierto presentan cauces bajos. Todo está listo para la temporada de verano”, insistió.
Para que los damnificados retornaran a sus hogares, también se les entregaron colchones, colchas, alimentos no perecederos y cajas con productos navideños.
El desafío
“Lo que pasó (en la noche del miércoles) está relacionado con tormentas inusitadas, por el volumen de agua. Que en tres o cuatro horas caigan 120 mm genera anegamientos en cualquier lugar”, manifestó Yedlin durante la conferencia de prensa del 31.
“Seguiremos, como lo venimos haciendo, fortificando nuestros ríos y nuestra capacidad de respuesta. No tenemos posibilidad de modificar esta situación. Las lluvias van a seguir ocurriendo, el fenómeno climatológico existe. Seguiremos respondiendo a la emergencia cuando la emergencia ocurra”, puntualizó.
El funcionario también reconoció que no sólo las lluvias generan inconvenientes. “Hay un maltrato al piedemonte en múltiples localidades y tenemos la obligación de trabajar para regular esas situaciones porque la absorción de agua en esos suelos no es la misma. Y también las represas (El Cadillal, La Angostura y Escaba; y también El Frontal, aunque no sea nuestra) requieren una mirada permanente de las empresas que las manejan. Las locales están en condiciones de recibir agua, hemos bajado su volumen para ello”, subrayó.
“Vamos a seguir trabajando en ayudar a la suerte, para que las obras que se han hecho en los ríos sigan resistiendo a los embates de la naturaleza”, informó.
La tarde estaba yéndose el 30 de diciembre, pero la falta de luz se anticipó. La interrupción en el suministro de energía eléctrica afectó a las principales ciudades del oeste y del sudoeste tucumano, y a medida que se prolongó el corte se fueron incrementando los temores. No sólo de los vecinos, por los inconvenientes para los preparativos de la cena de fin de año, sino también de los comerciantes, por las consecuencias que un largo apagón podría traer para los alimentos no perecederos. Finalmente, y luego de varias horas, todo volvió a funcionar.
La tormenta del miércoles puso al sistema eléctrico provincial en estado de emergencia por fallas en instalaciones de transporte y de distribución de energía eléctrica, de acuerdo con lo que informó la empresa EDET.
Según la firma, durante la tormenta 110.000 clientes se quedaron sin luz en La Cocha, Alberdi, Aguilares, Concepción, Monteros, Famaillá, Lules y zonas aledañas. También se vieron afectados usuarios de San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Tafí Viejo.
Alrededor de las 11 de ayer ya se había restituido el servicio a 64.000 clientes. Durante el transcurso del último día del año se fue normalizando la situación para el resto de los usuarios.
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Pablo Yedlin
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