San Martín: gol y sangre “charrúa”

Aguiar, que le dio el triunfo al “Santo” ante Almagro, es un gran luchador.

LO GRITÓ CON FURIA. Aguiar no se guardó nada en el festejo ante Almagro. “A todos los goles en mi carrera los festejé así. El gol es lo más lindo del fútbol”, dijo. LO GRITÓ CON FURIA. Aguiar no se guardó nada en el festejo ante Almagro. “A todos los goles en mi carrera los festejé así. El gol es lo más lindo del fútbol”, dijo. FOTO DE MATÍAS NÁPOLI ESCALERO

En la noche del jueves, los hinchas del “Santo” empezaron a conocer a Luis Aguiar, de la manera más íntima que existe en el fútbol: gritando un gol de su autoría. “Contra Almagro fue un partido complicado, es importante que lo pudiéramos abrir con ese gol, para poder llegar a la punta en solitario”, declaró el uruguayo de casi 34 años (los cumplirá el 17 de noviembre).

En José Ingenieros, Aguiar –quien hasta ahora no fue titular- convirtió su primer gol para San Martín en una de las primeras pelotas que tocó tras reemplazar minutos antes a Juan Mercier. Y ese tanto desde fuera del área, emanado de su principal virtud, la excelente pegada que tiene con ambas piernas más allá de ser diestro, sentenció una contienda frente al “Tricolor” que parecía destinada a un empate en cero.

“Cuando me queda la pelota, controlo hacia adelante, veo que la defensa se abre y no dudé en pegarle al arco. Le di con la convicción de hacerlo fuerte y vi que cuando picó podía complicar al golero”, explicó la acción a LG Deportiva antes de abandonar el estadio Tres de Febrero. La extraña –e infructuosa- ‘figura’ que hizo sobre la línea el arquero Christian Limousin para intentar detener el remate del uruguayo terminó emparentada con un ‘blooper’.

En el festejo, el exPeñarol y Nacional gritó (y bailó) como si se tratara de la final del mundo. Seguramente para él lo fue, ya que desde su llegada en La Ciudadela –junto a su compatriota Ignacio González Brazeiro fueron los últimos jugadores en desembarcar en el mercado de pases de invierno- había cosechado más sinsabores que alegrías.

El debut fue de “terror”: la dupla técnica Favio Orsi-Sergio Gómez lo hizo ingresar cuando faltaban pocos minuto para ir a penales ante Argentinos. Pero no llegó a ejecutar, porque una fuerte falta recibida a los pocos segundos de ingresar al campo lo sacó de la cancha y derivó en un desgarro que lo marginó durante algunas semanas de la práctica del fútbol.

Ya recuperado, empezó a ir al banco para esperar su momento. Ingresó 27 minutos frente a Brown de Adrogué, 8 ante Defensores de Belgrano, 13 en cancha de Quilmes y estos últimos 18 en José Ingenieros.

Contra Brown ejecutó un tiro libre de derecha desde bien lejos. Todos esperaban el centro y él le pegó al arco. Martín Ríos salvó con lo justo en la línea, con una gran volada. Con Quilmes hizo pegar un tiro en el travesaño, con izquierda. Y frente a Almagro torció el rumbo del partido con un zapatazo, también de izquierda.

La dupla técnica del “Santo” se vio seducida por su gran pegada y porque puede cumplir varias funciones en el mediocampo. Es un futbolista que sabe con la pelota en los pies y al que le sobra experiencia: verdadero trotamundos, ha jugado en Portugal, Rusia, Chile, Brasil y Perú, además de Uruguay.

En Argentina estuvo en San Lorenzo en la temporada 2012-13. Y con el poderoso Alianza Lima fue campeón –y goleador- en la 2017. De hecho, medios online peruanos se hicieron eco del debut en las redes con la camiseta de San Martín del “Canario”, que hace unos meses emigró del Plaza Colonia de su país en búsqueda de mayor continuidad.

“Todos los goles de mi carrera los he festejado mucho, porque todos los goles para mí son igual de importantes y es lo más lindo del fútbol, sin goles no habría fútbol”, afirmó Aguiar acerca de su celebración ante Almagro, que le dedicó a su hijo, a su esposa y su “vieja que está en el cielo”.

El uruguayo se siente cómodo en Tucumán, según le confesó a LG Deportiva. “Ya desde el primer restaurante al que fui, que tenía folklore de fondo. Yo soy muy del campo, de los caballos, de la jineteada… entonces me siento como en casa. Además, si bien no he jugado mucho, la gente me ha tratado muy bien”.

Como no podía ser de otra forma, Aguiar está conforme con la gran campaña de San Martín en el primer tercio de esta temporada. “Somos un equipo grande y salimos a proponer y a ganar todos los partidos, sea en casa o de visita. ¿Para qué está el equipo? Para ir partido a partido y seguir ganando, con los pies sobre la tierra; en estos momentos para lo que estamos es para el partido que viene”.

No solo su acento, sino también sus ideas, van en consonancia con su origen. “San Martín es un equipo que transmite sacrificio. Es la característica fundamental, que se meta firme y que se juegue cuando se pueda, adaptándonos a las distintas situaciones que se presenten”, afirmó antes de agregar: “A mí me gusta ganar, y si es jugando bien mejor, y si no metiendo hasta el final como contra Almagro, y encontrando el gol”.

Se define como un “hombre de campo”. Paradójicamente, vestido con la camiseta albirroja, apenas si lleva algo más de una hora en cancha en la Primera Nacional. Probablemente ese tiempo se vaya acrecentando de ahora en más.

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