El desafío en el aula es bajarlo del pedestal y transmitir su legado

¿Qué enseñan los docentes sobre Belgrano, además de que fue el creador de la Bandera y que participó en las batallas de la Independencia? Algunos profesores de Historia empiezan a cuestionarse por qué es tan difícil enseñar a Belgrano y por qué algunos se refugian en el anecdotario de fechas y datos. Los actos escolares reflejan ese vacío.

CHICOS DE LA ESCUELA DE COMERCIO DE BANDA DEL RIO SALÍ. Resaltan pensamientos de Belgrano (de izquierda a derecha) Milagro Cáceres, Agustina Medina, Rocío Vega, Ezequiel Ruiz, Rocío Uncos, Luis Santiago Galiano, Melina Escobar y Ruth Acosta. CHICOS DE LA ESCUELA DE COMERCIO DE BANDA DEL RIO SALÍ. Resaltan pensamientos de Belgrano (de izquierda a derecha) Milagro Cáceres, Agustina Medina, Rocío Vega, Ezequiel Ruiz, Rocío Uncos, Luis Santiago Galiano, Melina Escobar y Ruth Acosta.

En el aula, así como en la sociedad, la figura de Manuel Belgrano incomoda, interpela. ¿Cómo explicar a los alumnos ciertas cuestiones que desnudan las contradicciones de la propia historia? ¿Quién se anima a ir contra el relato “familiar” argentino? A veces, una salida rápida es escapar por el anecdotario y huir por el laberinto de fechas y de datos.

La profesora María Lelia García Calderón, docente de la Escuela de Comercio N°1, reconoce que los alumnos de 1° año llegan de la primaria con conocimientos vagos acerca de la figura del Belgrano, y únicamente en torno a la efeméride de la creación de la Bandera. “Ya en el secundario se abordan los contenidos de la etapa revolucionaria” - dice- pero sobre todo se valora su faceta militar, su actuación en el Ejército del Norte y la heroica Batalla de Tucumán”. Lo que hace falta es un estudio del contexto valorando la proyección de su pensamiento y valores hasta nuestros días, sostiene.

Más crítico, Gustavo Correa, docente del Instituto de Educación Superior de La Cocha, afirma que la enseñanza de Belgrano en las escuelas es fragmentada e incompleta. “Todavía hoy en el siglo XXI persiste en el sistema educativo la perspectiva de la historia tradicional basada en la exaltación de las cualidades patrióticas y morales de los protagonistas de las grandes batallas, de los hechos y acontecimientos más importantes y gloriosos de la lucha por la independencia de nuestra nación”, opina. “Esta visión - sostiene- tenía el objetivo, en el contexto histórico de fines del XIX, de lograr la consolidación del Estado nacional argentino, en una sociedad conmovida por la inmigración. Era lo que se llamaba la didáctica de los próceres del panteón de los héroes de mármol. Lo más importante era la celebración de las efemérides, como hitos de la unión nacional”.

Según Correa, esto era posible porque el paradigma histórico pedagógico predominante, para cumplir el objetivo de forjar el ser nacional, dejaba de lado la dimensión humana de personas de carne y hueso con sus fortalezas y debilidades. “A partir de las nuevas leyes de Educación la enseñanza de la historia se convierte en una herramienta de construcción de ciudadanía democrática y de conocimiento de la sociedad presente, desde un pensamiento racional, crítico y reflexivo”, dice.

Desde entonces la historia ya no es vista como el estudio acabado de los hechos, personajes o acontecimientos del pasado, sino como un proceso colectivo de transformaciones, rupturas y continuidades de las dimensiones política, económica, social y cultural de las sociedades.

Correa propone “humanizar” a Belgrano, sacarlo del mármol. “Que los chicos no vean en la obra de Belgrano una magna entrega personal e inalcanzable, de alguna manera cómoda para el resto de los mortales - acota-, sino ubicarlo en el momento histórico que le tocó vivir. Que los chicos conozcan sus ideas, pensamientos y el contexto en el que se encontraba para entender la coherencia de sus actos y de sus valores éticos y morales”.


Más historia local

La reciente inclusión de la Historia de Tucumán en las currículas del secundario y el terciario ha saldado una vieja deuda. También ha contribuido la decisión del Ministerio de Educación de incorporar la historia local en forma transversal en todos los niveles y modalidades. Pero la falencia en la enseñanza de Belgrano continúa, según Correa. “Los estudios académicos en historia regional y local del período independentista han avanzado mucho, pero aún persiste la antigua desarticulación entre la historia investigada y la historia enseñada”, advierte.

A nivel primario, el recurso visual es ahora esencial. “Como la mayoría de las escuelas, trabajamos mucho con videos, tomamos la historia desde el nacimiento de Belgrano, sus ideas, su participación en las batallas. Decimos que patria, bandera y Belgrano son palabras que se complementan”, explica la docente Mariana Graneros, del colegio Kinder. Los chicos trabajan con dibujos, frases y el material del Ministerio de Educación de la Nación.

Los trabajos finales son una muestra de creatividad y belleza, puesta de manifiesto en videos y fotos que los chicos envían por WhatsApp a sus maestros, debido a la pandemia. La profesora Eugenia Fátima Agüero, de la Escuela de Comercio de Banda del Río Salí, comparte los trabajos de sus alumnos que ilustran esta página.


Actos escolares vacíos

El profesor Pablo Daniel Mena advierte que los actos escolares hoy se muestran vacíos. “Los actos escolares son elementos educativos y tienen un potencial importante dentro de la transmisibilidad de conceptos, pero en los últimos años han ido perdiendo fuerza, son reiterativos, con un velo de solemnidad incomprensible para los chicos. Han perdido el efecto de la emoción y de poder transmitir valores, además de conocimientos. Esto evidencia un problema mayor, habla de que hay una sociedad que no puede transmitir a sus jóvenes sus propios valores o los que formalmente asume, y se ve envuelta en una profunda contradicción”, advierte.

Por otra parte si bien el mensaje de Belgrano puede ser apreciado por todos a partir de nuestro tiempo, dice, se vuelve difícil transmitir valores políticos, democráticos y sociales que no están cercanos. “La perspectiva de ver a hombres desidealizados construyendo un Estado, que también hay que des-idealizarlo” es planteada por Mena como una opción para ver la realidad con más claridad.

Si bien se puede enseñar el concepto de Belgrano no siempre se puede transmitir lo que esto significa, aclara. Y es allí donde falla la educación. Pero señala: “no es sólo un problema educativo, estamos evidenciando la falta de un proyecto social, de acuerdos concretos para salir adelante como sociedad. Nos faltan consensos de base para poder generar estas respuestas. Y es ahí donde el vacío de transmitir los conceptos de Belgrano aparece”.

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