Falleció en Catamarca el padre "Panchito" Rojas

Había desarrollado una larga acción pastoral en Tucumán.

FRANCISCO MISAEL ROJAS. El padre Panchito murió en Catamarca. FRANCISCO MISAEL ROJAS. El padre "Panchito" murió en Catamarca.
27 Julio 2020

En la ciudad de Catamarca, donde se encontraba ya muy enfermo, falleció esta madrugada el padre Francisco Misael Rojas, sacerdote del clero de Tucumán.

El padre "Panchito", como lo conocían todos, había nacido en Catamarca, y fue ordenado diacono el 28 de mayo de 1976 y luego sacerdote el 10 de octubre de 1976 en la iglesia Catedral de Tucumán por monseñor Blas Victorio Conrero.

Era catamarqueño, pero en Tucumán desarrolló una larga acción pastoral, por lo que varias generaciones de tucumanos lo recuerdan con afecto.

Primero estuvo adscripto de la parroquia de San Joaquín de Trancas, luego fue vicario cooperador de la iglesia de La Merced y párroco de Nuestra Señora del Carmen de Famaillá desde 1983. También fue administrador parroquial de Nuestra Señora del Carmen en Villa 9 de Julio, y párroco de esa comunidad desde 1986 hasta diciembre de 1988 por encargo de monseñor Bozzoli.

El padre "Panchito" también fue designado director espiritual de Seminario Mayor desde 2000 y de la escuela arquidiocesana San Esteban para el diaconado permanente desde el 4 de junio de 2010 por monseñor Luis villalba, entonces arzobispo de Tucumán.

Además fue asesor del Consejo Arquidiocesno de Jóvenes de la Acción Católica, miembro del Colegio de Consultores de párrocos, y representante legal de la escuela de Munalidades Nuestra Señora del Carmen. También estuvo un tiempo en 2000 en la parroquia de Nuestra Señora del Valle de Tafí Viejo. Al año siguiente pasó a ser vicario parroquial de la parroquia Inmaculado Corazón de María. Ha vivido en las casas parroquias de Nuestra Señora de las Gracias y San Roque, pero debido a su delicado estado de salud su familia decidió trasladarlo a su provincia natal, donde falleció.

"La Iglesia de Tucumán expresa sus condolencias a toda su familia y agradece al Buen Dios por habernos regalado en la persona del padre Panchito un pastor bueno, humilde y sencillo. Un cura que ha encarnado la misericordia de Dios, siendo fiel al ministerio sacerdotal y entregado a los más pobres, enfermos y especialmente dedicado a celebrar el sacramento de la reconciliación en varias parroquias. Fue un ejemplo de sacerdote para nuestro presbiterio, siempre disponible para todo sacerdote que buscaba dirección espiritual y confesarse", señala el arzobispo Carlos Sánchez.

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