El mérito fue a parar a la basura: San Martín empezará de cero

El nuevo formato no contempla lo hecho en la primera parte; hay malestar, pero también mucha fe.

NO PIENSAN EN OTRA COSA. Desde que retomaron las prácticas, el pensamiento del grupo fue jugar lo que decida la AFA. prensa casm NO PIENSAN EN OTRA COSA. Desde que retomaron las prácticas, el pensamiento del grupo fue jugar lo que decida la AFA. prensa casm

Desde que la pandemia detuvo la temporada 2019/20 y el Comité Ejecutivo decidió dar por finalizado el torneo de la Primera Nacional, los principales dirigentes de la AFA declararon en múltiples oportunidades que la idea era decidir los ascensos en cancha respetando el mérito deportivo que los clubes habían hecho durante las 21 fechas disputadas.

Sin embargo, en un país en el que lo que se escribe con la mano se borra con el codo, nadie puede sorprenderse con el formato que ayer el Comité aprobó para la definición de los dos boletos para la próxima temporada de la Liga Profesional.

Según la Real Academia Española, la palabra mérito significa el derecho a reconocimiento debido a las acciones o cualidades de una persona. Pero en la casa madre de nuestro fútbol, al parecer, perdieron el diccionario o directamente omitieron todo lo que se dijo desde marzo hasta acá.

De acuerdo al nuevo formato, todo el trabajo y el dinero que San Martín y Atlanta invirtieron durante poco más de ocho meses fue a parar al tacho de la basura. Hoy, eso no cuenta absolutamente para nada: “todos arrancan con puntaje cero”, reza el boletín. Sí; ahora, el que zafó del descenso gracias al guiño que recibió desde calle Viamonte, en dos meses podría llegar al fútbol grande.

Pasadas las 17, se conoció cómo se definirá la principal categoría de ascenso. En ese entonces, el cuerpo técnico liderado por Favio Orsi y Sergio Gómez trabaja en la edición de videos y casi se enteró por LG Deportiva que desde la AFA habían dado a conocer un formato que tuvo mil y una vueltas.

“La injusticia quedó evidenciada durante estos nueve meses”, dijeron casi resignados. “No queda otra que salir a la cancha, ganar y volver a demostrar que merecemos llegar a la Liga Profesional”, agregaron.

Cuando el torneo se detuvo por la llegada de la pandemia, San Martín lideraba cómodamente la zona B de la Primera Nacional. Le llevaba tres puntos a Defensores de Belgrano, 10 a Sarmiento, 11 a Riestra, 16 a Tigre y a Atlético de Rafaela, 17 a Gimnasia de Mendoza y 18 a Villa Dálmine. Pero ahora, cuando el próximo sábado 28 salte al campo comenzará en igualdad de condiciones que todos esos equipos. “Ya está. No podemos volvernos locos ni volver locos a los jugadores. Debemos concentrarnos en jugar y ganar. Así lo estamos haciendo desde que volvimos a entrenarnos”, aseguró Gómez, resignado y algo ofuscado.

“El mérito es un reconocimiento y ahora no nos reconocieron absolutamente nada”, agregó Orsi.

En La Ciudadela sabían que era muy difícil obtener algún tipo de ventaja. Su rebelión ante las decisiones tomadas por Claudio Tapia y compañía era algo que tarde o temprano iba a pesar. No importó que en el medio estuviese Atlanta (el niño aplicado que bajó la cabeza y aceptó la injusticia), hoy todos tienen la chance de ganar el premio mayor; incluso esos equipos que zafaron del descenso gracias a una resolución del Comité y a quiénes mediante su descargo ante el TAS, la AFA le había bajado el pulgar en sus sueños de pelear por la gloria.

“Es un formato totalmente desleal, malo, que va en contra de cualquier mérito deportivo”, lanzó Lucas Diarte, uno de los futbolistas que más fuerte alzó la voz durante todo este proceso. “Ya está, ahora tenemos que jugarlo y tratar de ganarlo”, agregó. “Convenía salir último”, escribió en su cuenta de Twitter Claudio Mosca.

El formato es tan injusto como difícil de entender. Lo concreto es que los que hicieron bien las cosas tendrán la misma sensación que aquella persona que está soñando algo hermoso y de repente abre sus ojos y te topa con la realidad.

Torneo de 30 equipos, el 38 a 38 en las elecciones, idas y vueltas de locos y ahora borrón y cuenta. Sí; es así; en el fútbol argentino puede pasar cualquier cosa.

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