Un estudio liga la efectividad del trabajo híbrido a la necesidad de autonomía

El tucumano Moeremans dedicó su tesis de máster en la Universidad de Manchester (Reino Unido) a entender los factores psicológicos que llevan a los trabajadores a percibirse como más eficaces cuando pueden elegir dónde y a qué hora completar sus tareas. En la pandemia, la autorregulación personal fue más determinante que la existencia de un jefe resuelto a empoderar a su equipo.

DESAFÍOS DE LA NUEVA NORMALIDAD. Moeremans dice que faltan investigaciones que expliquen las formas laborales. DESAFÍOS DE LA NUEVA NORMALIDAD. Moeremans dice que faltan investigaciones que expliquen las formas laborales.

Las modalidades híbridas de trabajo, que combinan la virtualidad con la presencia en la oficina, llegaron a la fuerza durante el confinamiento obligatorio por la covid-19 y es posible que se queden para siempre. ¿Por qué ya casi nadie quiere pasar tanto tiempo trabajando afuera como antes de la pandemia? Un estudio llevado adelante por el psicólogo tucumano Sebastián Moeremans concluye que la necesidad de autonomía lleva a los empleados a considerarse más efectivos cuando pueden elegir dónde y en qué horario cumplir sus obligaciones. Por el contrario, el mismo informe expresa que en la eficacia del trabajo híbrido no incidiría tanto la existencia de jefes resueltos a compartir el poder con los integrantes de su equipo, al menos durante la emergencia sanitaria.

La investigación redactada en inglés lleva como título “Cambios en el mundo del trabajo. La modalidad híbrida y su eficacia. Una revisión de los mecanismos psicológicos implicados en la percepción de los trabajadores”. Se trata de la tesis que Moeremans, quien había estudiado Psicología en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), entregó en septiembre para finalizar una Maestría en Psicología Organizacional en la Universidad de Manchester (Reino Unido). Los hallazgos se basan en las respuestas que dieron 133 encuestados de diferentes sectores a preguntas vinculadas a su experiencia con el teletrabajo en un esfuerzo por comprender las condiciones y factores psicológicos que lo favorecen.

“Aunque investigaciones anteriores han demostrado los efectos positivos de la modalidad híbrida en los trabajadores, este estudio aborda un vacío en la literatura al tratar de investigar más a fondo tanto los mecanismos psicológicos involucrados como el estilo de liderazgo que podría beneficiar al esquema”, refiere Moeremans. Y añade: “esto es particularmente relevante para comprender mejor el impacto y la efectividad percibida de los cambios en el trabajo derivados de la pandemia, y sus implicaciones para el futuro en las organizaciones y en sus empleados”.

El estudio afirma que las empresas e instituciones de todo el mundo están tratando de resolver cómo adaptarse al formato híbrido. “Esta modalidad pasó a ser la norma”, observa. Sus variantes incluyen combinaciones: algunos días de la semana en la oficina “como antes”, y otros en casa o en un lugar de preferencia del trabajador. “El trabajo virtual o remoto ha permitido que la mayoría de empleados sean igual o más productivos al tiempo que generó ahorros de tiempo de desplazamiento y de costos asociados a las oficinas. Por eso, grandes organizaciones en todo el mundo están considerando o incluso anunciaron su objetivo de reducir espacios”, subraya el informe de Moeremans.

Al lado de los beneficios, que no son pocos, aparecen las desventajas del trabajo remoto. El psicólogo menciona, entre las contrapartidas, el porcentaje elevado de británicos que respondió que el aislamiento dañó su salud mental, algo que también se verificó en otros países. En los Estados Unidos, por ejemplo, un tercio de la población consideró que, al quedarse en casa, trabajaba más que cuando debía acudir a una oficina.

Lo concreto es que, durante la cuarentena, el control que se ejercía en los lugares de trabajo pasó a ser un “autocontrol” en la vivienda. Esa coyuntura desafió las jefaturas porque, a la amenaza para la salud que supuso la circulación de un virus mortífero, se sumaron el cambio tecnológico, los menores recursos y los costos ascendentes. Una de las hipótesis de Moeremans era que el liderazgo que tiende a compartir el poder se acoplaba mejor al teletrabajo, pero la encuesta descartó esa idea. “Esto es algo inesperado”, indica la tesis. Por el contrario y como se preveía, la autorregulación emergió como un motor poderoso para el empleo remoto en todos los casos.

“En resumen, si bien este estudio destaca la importancia de la satisfacción de la necesidad psicológica de autonomía en la percepción de los empleados de la eficacia de los esquemas de trabajo híbrido, existe una clara necesidad de comprender mejor cómo este proceso ocurre relacionado con otras influencias, como las condiciones físicas, individuales y sociales”, refiere el informe. En definitiva, después de siglos de desarrollo de teorías acerca de las conductas laborales en el entorno de la oficina, la “nueva normalidad” requiere de la producción de una literatura científica que la explique y la ayude a desenvolverse adecuadamente.

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