La futura reapertura del Mercado del Norte

La posibilidad de que el Mercado del Norte comience a funcionar nuevamente es una noticia auspiciosa para terminar el año. Aunque no haya una fecha establecida con precisión, la posibilidad de que los locales a la calle sobre peatonal Mendoza y sobre Maipú reabran en febrero, adelantada por el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Luis Lobo Chaklián, le da perspectiva de revitalizacion a una zona altamente comercial que sufrió el impacto del cierre de una gigante referencia del microcentro, paso diario obligado para miles de tucumanos y muchos visitantes.

Cuando el inmueble debió ser clausurado de urgencia en marzo de 2021, al descubrirse de imprevisto el desprendimiento de mampostería en uno de sus pilares de soporte, la primera información hablaba de un bloqueo parcial solo de la zona afectada. Con los días, el cierre fue total del edificio  ante la necesidad inicial de evaluar la profundidad del daño como los trabajos necesarios para su nueva habilitación. Muchas voces se levantaron entonces reclamando que se segmentaran las tareas y que no se afectara a todos los ocupante del predio, pero fue en vano. Se tapió todo y por meses no se hizo nada hasta el anuncio de un megaproyecto pensando en una redefinición completa y total del lugar, como atractivo turístico de recreación, gastronómico y de entretenimiento.

La importancia del edificio se sostiene por su propio peso a partir de ser un mojón de la historia local, tanto en lo simbólico como espacio de aprovisionamiento de comida como arquitectónico por el diseño de su estilo art decó. Recuperar ambos aspectos es una tarea fundamental a cumplir, por encima de los legítimos intereses económicos en juego de la empresa concesionario, que administrará medio siglo ese predio. Ampliar su sentido sin desnaturalizar su origen será sin duda un desafío. Al respecto, hay ejemplos recientes locales que referencian la trascendencia del proyecto integral, que no mantienen su idea fundacional sino que se adecuaron y se repensaron en otro eje. Tres de ellos son el Mercado Municipal de Tafí Viejo, reconvertido como paseo de compras y de bares, alejado del inicial espacio de comercialización de alimentos no procesados; el Mercado de Abasto, con su complejo de restobares, hotelería y teatro municipal Rosita Ávila, que reactivó definitivamente la zona y la volvió un polo cultural y artístico; y la vieja estación del tren El Provincial, integrada al espacio verde circundante que oficia de lugar de esparcimiento y distracción de los vecinos de barrio Sur, con vida propia (el diseño arquitectónico del polo gastronómico  fue premiado recientemente por el Fondo Nacional de las Artes). Hay mucho más por hacer, pero las iniciativas han demostrado su efectividad en cuando respuesta popular.

Encontrar el equilibrio entre lo tradicional y lo nuevo, lo conservador y lo innovador, lo clásico y lo moderno, el pasado y el futuro, es complejo pero no imposible. La casi inminente apertura de los locales exteriores no influye sobre estos ejes, ya que siempre tuvieron una suerte de dinámica propia, con espacios también para la venta o consumo de alimentos como de ropa. Su interior era otra cosa, y queda un año (según el cálculo de Lobo Chaklián) para que se conozca el resultado. Hasta tanto, paso por paso, se irá avanzando hacia un remozado microcentro capitalino, ahora con nuevos responsables de gestión.