

A poco más de un año de haber llegado al gobierno, el oficialismo enfrenta el momento de mayor turbulencia entre las dos principales figuras que supieron captar la atención del electorado para imponerse en las elecciones de 2023. Los cuestionamientos de la vicepresidenta Victoria Villarruel sobre “las chirolas” que percibe como salario despertaron un sinfín de cuestionamientos. Por su parte, el presidente Javier Milei la acusó de cometer “errores no forzados”, y otros dirigentes del espacio se animaron, incluso, a pedir su salida del gobierno.
En medio de este contexto, un reciente estudio de opinión realizado entre el 16 y el 22 de diciembre de 2024 por la consultora Isasi-Burdman arrojó datos reveladores para la gestión libertaria. Mientras la imagen del mandatario se mantiene firme y su aprobación de gestión crece, la caída en ese ítem de la vicepresidenta representa un motivo de festejo.
Según el estudio realizado sobre 2065 casos de manera mixta (online y telefónico) por todo el país a mayores de 16 años, Milei terminó el año 2024 con 54% de imagen positiva y 39% negativa, con un 7% que eligió “regular”. Lo siguen en el ranking Patricia Bullrich (53%), Guillermo Francos (49%), Manuel Adorni (48%), Luis Caputo (45%), Federico Sturzenegger (44%), Sandra Pettovello (42%) y recién con un 41% aparece Villarruel.
Relación sin vuelta
Consultado por la realidad que atraviesa el vínculo entre Milei y su vice, el analista político Carlos Fara aseguró que este último desencuentro evidenció una ruptura definitiva en la relación que ya arrastraba un desgaste desde que la fórmula de La Libertad Avanza (LLA) se impuso en las elecciones primarias de 2023. “No es una situación que venía fantástica y después se desgastó. Tuvo problemas de entrada, trataron de llevar la fiesta en paz durante un tiempo y después, en la medida en que Milei se consolidó, mantuvo su imagen positiva y la gestión pudo avanzar con su plan económico empezaron a desgastar la figura de Villarruel para que no tuviera argumentos de un capital político propio”, dijo el consultor a LA GACETA.
Para Fara, esta situación también se explica desde el mismísimo esquema de conducción del líder libertario donde no se permite nada ni nadie “que pueda hacerle sombra” o “sustituir” su imagen y su capital político. “No es un problema de agendas, aquí hay una cuestión de poder muy clara. Ella tuvo su propia agenda de campaña, tuvo su propia gráfica de campaña, tuvo esa famosa reunión después de la primera vuelta con Mauricio Macri y eso generó desconfianza”.
Pese a estar iniciando un año electoral, el presidente de la Asociación Internacional de Consultores Políticos pronosticó que este tema no ocasionará un problema al Gobierno nacional y que dentro de un tiempo será tan solo “una anécdota”. “El problema que puede tener la gestión es si le sale mal lo económico, pero no el vínculo entre Milei y Villarruel” declaró. Y agregó: “Después se tendrá que bancar que si tiene un trámite parlamentario donde va de vuelta a un empate en el Senado, tendrá que pasar para que Villarruel actúe políticamente encolumnada con el gobierno”.
Sin comparación
Durante el gobierno de Alberto Fernández, las tensiones y los cortocircuitos con Cristina Fernández de Kirchner eran públicos y notorios. Por aquellos años, la vicepresidenta confrontaba directamente con quien ella misma había elegido para encabezar la fórmula presidencial. Sus contrapuntos con la gestión desestabilizaron algunas políticas públicas y hasta terminaron eyectando figuras de aquel gabinete.
Para el analista político Carlos Germano, ese contexto que registramos los argentinos hace tiempo atrás no puede compararse con la actual encrucijada libertaria. “Cristina Fernández es una líder política y acá la situación es distinta. Milei indudablemente fue una disrupción absoluta que interpretó muy bien un sentimiento de cansancio y que recibió el acompañamiento de la sociedad. Milei entendió que hay una sociedad que indudablemente empezó a andar por otro camino, que se ubica en un grupo etario de 16 a 35 años, y es una sociedad que no tiene nada que ver con los principios tradicionales y el estatus quo dominó la política argentina hasta el año pasado. En ese escenario yo ubico a Villarruel como que acompañó, como que estuvo con el Presidente, pero me parece que el eje central, el lider es el Presidente de la República. Después, obviamente, se sigue jugando el juego interno donde hay muchos dirigentes que salen y hablan”, fundamentó.
Para entender lo que está pasando en el armado libertario, Germano indicó que también es preciso tener en cuenta el manejo de los tiempos políticos y en torno a esto consideró que Villarruel “cometió un error estratégico” cuando planteó sus diferencias con el pliego que impulsó el Poder Ejecutivo para que el juez federal Ariel Lijo llegue a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) porque ese gesto marcó una ruptura en la confianza.
Teniendo en cuenta que la política es un escenario de infinitas posibilidades donde nada puede darse por sentado, Germano aseguró que a la relación entre el presidente y la vicepresidenta le queda una posibilidad de recomposición siempre y cuando ambos dirigentes sean capaces de mantener sus discusiones en ámbitos políticos y no en redes sociales. “Está claro que son dos proyectos totalmente distintos, pero al Ejecutivo lo maneja solo uno y es el que de alguna u otra manera está marcando la línea política y la agenda pública. Ante esto, Villarruel debe revisar su postura hacia adelante porque es ella la que tiene más para perder porque quedó totalmente aislada y sin ningún tipo de vínculo”.
Finalmente, el analista enfatizó que el cortocircuito en LLA también debe explicarse desde la falta de “pericia” y de “infantilismo político” que demostró la vicepresidenta, a pesar de poder tener buena imagen.