

Cercanos al actor central de la celebración, estaban algunas de las personas más ricas del planeta y no eran familiares ni socios del protagonista. Aún así, parecen ser algunas figuras clave en el proyecto que intentará desplegar Donald Trump como presidente número 47 de Estados Unidos. Los líderes de la industria tecnológica, aquellos creadores de las plataformas que a diario utilizamos en nuestros dispositivos, habían sido apuntados antes por Trump como enemigos y representantes de todo lo contrario a lo que el magnate representaba y pensaba. Pero algo parece haber cambiado en los últimos tiempos.
Todos ellos aportaron sumas millonarias para el acto de investidura de Trump y algunos argumentaron que dicha donación es parte de una tradición histórica en Estados Unidos. Uno de los más destacados frente a las cámaras fue, sin duda, Elon Musk. El dueño de Tesla y X se sumó a la campaña presidencial para llevar nuevamente a Trump a la Casa Rosada y desplegó su poderío tecnológico para conseguir dicha meta. Como contraparte, Musk tendrá un cargo público al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental pero además tendrá un rol activo en una de las misiones más ambiciosas anunciadas la semana pasada. Su sueño de llegar a Marte con una nave tripulada por humanos puede hacerse realidad con el apoyo de Trump y las intenciones de invertir por una nueva carrera espacial que comenzaría en 2026 y que podría lograr su objetivo para 2054.
Jeff Bezos, dueño de Amazon, también compartió la cercanía al nuevo líder republicano y junto con Musk quiere competir en la carrera espacial. Entre sus proyectos lidera Blue Origin, una compañía en la que ya invirtió más de 14.000 millones de dólares para lograr su primer lanzamiento espacial, operación que logró con éxito en 2021. Bezos también es dueño del prestigioso The Washington Post, medio que antes de las elecciones rompió con la tradición de posicionarse a favor de un candidato en su editorial por orden de su propio dueño. Además, Amazon, su buque insignia, donó dos millones de dólares para el acto de investidura de Trump.
Otro de los reconocidos líderes que acompañaron a Trump fue Mark Zuckerberg, creador de Facebook y dueño de Meta, empresa que desarrolla Instagram y Whatsapp. El ícono de una generación de empresarios jóvenes tuvo varios guiños en los últimos tiempos a favor de Trump a través de entrevistas personales donde destacó el valor de la “energía masculina”, pero la señal más fuerte fue la eliminación del programa de verificación de datos en Facebook e Instagram, que etiquetaba noticias falsas en la plataforma. El propio Zuckerberg reconoció que la llegada de Trump era propicia para esta decisión y confía en que su gestión apoyará la desregulación de normas que podrían afectar a sus empresas.
El creador de ChatGPT también estuvo entre los presentes. Sam Altman, director de OpenAI, donó un millón de dólares de su bolsillo para el acto de toma de posesión de Trump y al día siguiente recibió el espaldarazo de una inversión inédita para desplegar una infraestructura de inteligencia artificial nunca antes vista. El gobierno anunció una inversión de hasta 500.000 millones de dólares en el sector privado en las que la compañía de Altman tendrá un protagonismo central para desplegar el proyecto “Stargate”, un proyecto que según Trump permitirá crear cientos de miles de empleos en EEUU.
Con menor reconocimiento público, pero con una trascendencia crítica durante estos días, también estuvo presente Shou Zi Chew, director de TikTok. El ejecutivo fue invitado por Trump en medio de la controversia que llevó al cierre temporal de la plataforma el domingo pasado por al menos 13 horas y que el flamante presidente ordenó su restablecimiento. La red de microvideos había quedado suspendida por una ley que ordenaba su venta antes del 19 de enero pero ahora tendrá 75 días más para resolver su situación en Estados Unidos.
Google y Apple tampoco podían faltar a la ceremonia. Sus directores, Sundar Pichai y Tim Cook, respectivamente, también compartieron los flashes con los gigantes de los algoritmos y cada uno donó un millón de dólares para la toma de posesión de Trump, que en total recaudó 170 millones de dólares.
Poder, negocios y proyectos de una escala nunca antes vista. Las figuras clave del mundo en el que vivimos estuvieron como nunca tan cerca y al parecer acompañarán al sueño de Trump de “make America great again”. Nadie sabe cómo impactarán sus decisiones en los usuarios y en cómo nos comunicamos hoy a través de sus plataformas. Es sin dudas una nueva etapa que trasciende a lo político y al territorio norteamericano. Bienvenidos a un nuevo mundo más complejo que ayer y más incierto que mañana.