La irónica clasificación de “Semáforo sólo para automóviles” que hizo un lector en una carta del domingo pasado, ilustrada por una imagen que muestra una moto cruzando en rojo, da una idea cabal del caos del tránsito en nuestro medio. Los conductores de motos y de bicicletas, entre otros vehículos excepto los automóviles, no respetan las luces rojas y amarillas, advierte el lector. Y eso se puede comprobar en cualquier esquina de avenidas y calles, sobre todo en la atiborrada capital, pero también en los pueblos más lejanos, donde reinan las motocicletas casi como medio exclusivo de transporte y donde los controles son más laxos.
En San Miguel de Tucumán, con la asunción de nuevas autoridades, la Municipalidad anunció que reforzará los controles de tránsito y la educación vial “para tener una ciudad ordenada y preservar vidas”. Jorge Alberto Mastafá, flamante responsable de la Dirección General de Tránsito y Transporte, describió los planes que serán implementados. Incorporación de tecnología, refuerzo de campañas de concientización, intensificación de controles y capacitación de agentes, entre las prioridades, según el parte municipal. Tras reunirse con la intendenta, Rossana Chahla, Mastafá señaló que “ha quedado claro el papel que va a jugar el área de Tránsito” y enfatizó la necesidad de “preservar la vida de los ciudadanos y tener una ciudad ordenada, donde los desplazamientos sean más fluidos sin generar tantos contratiempos, sin generar ruidos, sin generar molestias”. Añadió que hay “una cultura no es saludable. En ella falta el respeto y el respeto que falta tiene mucho que ver con el respeto a las normas de tránsito”, reflexionó. En ese sentido, anunció una campaña de concientización en febrero sobre respeto a los peatones, sobre uso de cinturón de seguridad; sobre no hablar por teléfono al conducir y “sobre todas las cosas, vamos a exigir el uso del casco de seguridad”.
Las intenciones son buenas y es destacable que se estén tomando actitudes concretas que ya se están viendo por ejemplo en la campaña musical para llevar a conductores a una toma de conciencia. También es importante tener en cuenta las informaciones de los centros de atención de salud, que dan cuenta de que los motociclistas engrosan la mayor proporción de accidentados en el tránsito, precisamente a partir de la falta de respeto a las normas que exhiben sin pudor en su mayoría y que son notorias en el apuro que tienen los de servicios de mensajería que arriesgan su vida a diario con maniobras y cruces, e incluso las de sus pasajeros en los irregulares servicios de “ubermoto”.
Al respecto, la capacitación de los agentes para aplicar la ley, además de concientizar, y el uso de las cámaras instaladas y las portátiles que usarán los inspectores, para aplicar multas a los infractores, debería ayudar a cambiar una situación que se le ha ido de las manos a esta sociedad, y que lleve a que realmente se logre “respeto a las normas de tránsito y cumplimiento de todas las disposiciones legales”, como dice el flamante funcionario.