El presidente más humilde del mundo

Javier Milei. ARCHIVO Javier Milei. ARCHIVO
16 Febrero 2025

Por Juan Ángel Cabaleiro

Para LA GACETA - TUCUMÁN

Uno podría suponer que cada economía impone la dimensión necesaria de su ajuste, que se trata de hacer un diagnóstico e implementar medidas acordes al problema, pero no, eso es pensar en chiquito: el verdadero desafío es hacer el Mayor Ajuste de la Historia de la Humanidad, directamente, y si algún día descubrimos que los etruscos, por decir algo, habían hecho uno mayor, todavía estaremos a tiempo de agarrar la motosierra para ponernos de nuevo a la cabeza de la lista, como cuando éramos chicos y nos desafiábamos. Tal la lógica maximalista del presidente.

Más difícil es conseguir la Recuperación Económica Más Rápida de la Historia, cosa de la que no se habla tanto, aunque tal vez termine ocurriendo, porque con Milei nunca se sabe: de taquito y sin peinarse bajó la inflación, la pobreza, el riesgo país... Incluso el índice GINI, para los tiquismiquis que se preocupan por la desigualdad, sale a favor de Milei. Así que no, tampoco hay más desigualdad para achacarle a este modelo, o al menos eso dicen los números.

Qué ridículo suena entonces acusar a Milei de estar «haciendo un ajuste», argumento válido, hasta hace muy poco, para descalificar a un gobierno. Pero claro, los tiempos cambian rápido y de una manera que cuesta asimilar, sobre todo si quien está al frente del gobierno (del Mejor Gobierno de la Historia) es Javier I «el Maximalista» (el Primer Presidente Libertario de la Historia de la Humanidad), alguien que rompe moldes y descoloca por completo a los críticos gobernando para los records Guinness. Que aspira a convertir a la Argentina, sin medias tintas, en el País Más Libre del Mundo y en la Primera Potencia Mundial.

Maximalismo que pasó en un suspiro del esperpento y la chacota a un reconocimiento casi planetario: como él mismo se encarga de recordarnos, fue el Único Presidente del Mundo invitado por Donald Trump a Mar-a-Lago, después de ganar las elecciones. Recibió incontables premios internacionales, el último de los cuales (pero tampoco es el último, porque al salir este artículo ya habrá recibido otro), al «Titán de la Libertad», lo recibió felicitando a quienes se lo otorgaban, por tan acertada denominación («Muy merecido el premio que me dan, o sea, porque lo que estoy haciendo es verdaderamente titánico», reconoció). Y, por encima de todo, según confiesa, puede ostentar una reforma ocho veces más grande que la de Menem, cosa difícil de comprobar y hasta de imaginar.

Hegelianismo criollo

Pero nada de esto debe interpretarse como egolatría o jactancia: se trata apenas de los ecos o resonancias menores de una concepción hegeliana de la Historia. Milei ve el desarrollo histórico argentino como la evolución de un ente metafísico supremo, las Fuerzas del Cielo, en un continuo proceso dialéctico de autorrevelación y autoconocimiento. Partiendo de un ciclo inicial o tesis (el orden liberal alberdiano, que se inicia con la Constitución del 53 y termina en 1916) pasa a su opuesto o antítesis (el sistema populista o modelo de la casta, que comienza con Yrigoyen y termina con Fernández). La síntesis superadora se inicia el 10 de diciembre de 2023, con la llegada de su gobierno. La verdad genera el error para luego superarlo. El Paraíso, la Caída y la Redención. Todo este proceso culmina y se encarna en una época (la actual), pero también en una persona, el individuo que permitió con su prédica que el pueblo argentino alcanzara el autoconocimiento del proceso y lo culminara con éxito: Javier Milei. Así, este colosal y predestinado despliegue de las Fuerzas del Cielo en la historia argentina alcanza su abrumadora y fulgurante culminación en la persona misma del presidente (como se evidencia en su cabellera), y no es extraño que una apoteosis semejante provoque eventuales ofuscamientos, efusiones narcisistas o incluso algún comprensible tartamudeo.

En una entrevista para Forbes, la revista de los superególatras mundiales, el periodista, con inusual descaro, le pregunta al presidente de los argentinos cómo hace para ser tan humilde, para mantener a raya la vanidad cuando se está en la cima de la fama mundial. Milei, que ve ensobrados y traidores acosándolo por doquier, no capta la ironía (como no se capta el huracán estando en su mismísimo centro) y le responde muy a su estilo, yéndose largamente por las ramas, comparándose magnánimamente con su colega Moisés, el otro tocado por el Cielo: profeta, conductor azaroso de pueblos y segundo hombre más humilde de la historia.

© LA GACETA

Juan Ángel Cabaleiro - Escritor.

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