Cartas de lectores: Fahrenheit 451

17 Febrero 2025

Los incendios producidos en la Patagonia y la sospecha de intencionalidad, más el calor infernal de estos días, acompañado a la pesadumbre de la gente, me recordaron el libro “Fahrenheit 451”, la increíble distopía de Ray Bradbury. En ese futuro desalentador los bomberos, funcionarios del Estado, tienen la tarea de producir los incendios en vez de apagarlos. Se incendian libros -faherenheit 451 es la temperatura en la que arde el papel-. Los Sabuesos Mecánicos son perros cibernéticos que olfatean los libros para ayudar a los bomberos en la extinción. En esta sociedad, el Estado controla la lectura y el pensamiento. Montag, el protagonista, se rebela y huye, encontrando un lugar en que los hombres resisten al sistema memorizando libros (La Biblia, Platón, Russell) antes de que sean consumidos por las llamas. Clarisse es una adolescente a la que mandan a un psiquiatra porque camina sola por las calles, hace preguntas, persigue mariposas, y no quiere asistir a una escuela en la que una pantalla da clases en las aulas y no se permiten las preguntas: sólo se puede recibir información sin debatirla. La esposa de Montag, Mildred, es una mujer moderna que mira permanentemente las pantallas enormes sobre las paredes, tiene auriculares para conectarse a una voz que da información y publicidad. Ha intentado suicidarse, pero es una más porque en esa sociedad del futuro, hay 10 intentos de suicidio por día. Uno de los textos que un sacerdote ha memorizado para resistir al olvido es el Eclesiastés: “Todo tiene un tiempo bajo el sol. Tiempo de sembrar y de cosechar”. Que estemos a tiempo para frenar los pronósticos terribles de esta novela de ciencia ficción y resistamos desde el amor, el diálogo, el pensamiento y las acciones, en este tiempo que también debe ser el de “la esperanza que no defrauda y nos hace fuertes en la tribulación” como propone nuestro querido papa Francisco.

Graciela Jatib

gracielajatib@gmail.com

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