
Mientras los países desarrollados comienzan a poner en marcha políticas de fomento a las industrias, Argentina parece ir en una dirección contraria. Economistas convocados por la Unión Industrial Argentina (UIA) señalaron que el país no está adoptando medidas que favorezcan la producción local, a pesar del contexto internacional que favorece la industrialización.
El panorama global ha cambiado radicalmente en los últimos años, especialmente tras la pandemia. Esta crisis sanitaria dejó en evidencia las vulnerabilidades del comercio mundial hiper globalizado y el avance de China, que ya no solo exporta productos baratos, sino también manufacturas de calidad. En respuesta, Estados Unidos y la Unión Europea han adoptado medidas proteccionistas, incluyendo aumentos en los aranceles a las importaciones. Sin embargo, en Argentina, la situación es opuesta: se retrasa el tipo de cambio y se levantan barreras contra las importaciones, una estrategia que muchos economistas ven como perjudicial para el desarrollo de la industria nacional.
En un seminario organizado por la UIA, junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se presentó el informe “Retorno de la política industrial”, que compara las políticas industriales de los países en respuesta a los cambios económicos y las tensiones comerciales. Este documento subraya la necesidad de aplicar políticas que promuevan una especialización productiva en Argentina. En este contexto, economistas como Bernardo Kosakoff, de la Cepal, y Mario Federico Poli, titular del Observatorio PyME, coincidieron en la urgencia de diseñar estrategias que impulsen la industria nacional, según publicó el diario "Ámbito".
El desafío
Poli fue tajante en su crítica al discurso antiindustrial que proviene del gobierno de Javier Milei, que ha calificado a la industria como "prebendaria" y "protegida". Sin embargo, reconoció que la actual gestión ha implementado el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), una de las iniciativas más relevantes en los últimos 20 años en términos de apoyo a la inversión industrial. A pesar de este avance, Poli advirtió que la combinación de una apertura comercial junto con el retraso del tipo de cambio podría derivar en el cierre de unidades productivas que, bajo otras condiciones, serían competitivas.
Por su parte, Kosakoff subrayó la importancia de fomentar incentivos adecuados para que la inversión en la industria crezca, ya que, de lo contrario, los equilibrios macroeconómicos no serán sostenibles. Si bien reconoció los logros del gobierno de Milei en términos de la estabilización del tipo de cambio y la reducción de la inflación, también advirtió que las grandes empresas seguirán invirtiendo en el país, principalmente para preservar sus porciones de mercado.
Sin embargo, Kosakoff fue crítico con la desregulación impulsada por el ministro Federico Sturzenegger. “Lo de Sturzenegger es todo muy lindo pero no es política industrial”, explicó.
Estabilidad macroeconómica
En contraste con las opiniones de Kosakoff y Poli, Enrique Szewach, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), destacó que cualquier política sectorial debe venir acompañada de una estabilización macroeconómica previa.
“Dado el contexto argentino es más efectivo que tengas los impuestos que tengas que tener y la infraestructura que tengas que tener. Todo lo que se dice sobre políticas sectoriales da por sentado que eso ya está”, advirtió el ex director del Banco Central (BCRA).
Además, Szewach subrayó que el país enfrenta un problema estructural en el financiamiento de la industria, ya que, aunque existe un mercado de capitales enorme, gran parte de la economía permanece fuera del sistema financiero formal. Por esta razón, Szewach consideró necesario implementar instrumentos financieros que canalicen los fondos hacia el financiamiento de inversiones.