10 Mayo 2025
EQUIDAD EN LA TECNOLOGÍA. OlivIA es una inteligencia artificial que mira el mundo con perspectiva de género. / CAPTURA DE PANTALLA
La inteligencia artificial (IA) está avanzando a pasos agigantados. Pero con ella también se trasladan y, muchas veces, amplifican, los sesgos sociales y culturales. Con el fin de contrarrestar esa tendencia nació OlivIA, una herramienta de ChatGPT especialmente entrenada para detectar estereotipos de género, desigualdades simbólicas o estructurales, y promover mayor equidad. OlivIA está disponible al público desde el lunes 5 de mayo.
El proyecto fue impulsado por la abogada y comunicadora feminista Ana Correa, quien coordina el posgrado sobre violencia de género en entornos digitales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Según contó al diario Página/12, la idea surgió como trabajo final de un posgrado sobre Inteligencia Artificial y Derecho, también en la UBA, y se basa en los métodos de análisis jurídico feminista propuestos por la jurista estadounidense Katharine T. Bartlett.
SU CREADORA. Ana Correa es abogada, comunicadora y activista por los derechos de las mujeres. / REVISTA ANFIBIA
El sistema se presenta como un recurso para quienes trabajan en ámbitos como la comunicación, la educación, la justicia, el diseño de políticas públicas o incluso para quienes simplemente sienten curiosidad por ver una situación desde otra perspectiva. OlivIA aguarda en el siguiente enlace: lnkd.in/dWYZbENn
Así funciona la IA feminista
¿Qué lugar ocupan las mujeres en una narrativa? ¿Hay roles de género reforzados en un contenido aparentemente neutral? Estas son algunas de las preguntas que OlivIA está programada para ayudar a responder.
La herramienta fue desarrollada en la Argentina y tiene como base el modelo de ChatGPT, con entrenamiento adicional que se sustenta en bibliografía especializada, marcos legales y el método jurídico feminista. No responde desde la intuición o la opinión, sino que busca datos chequeables para formular sugerencias o nuevas preguntas.
Detrás de OlivIA hay una premisa clave: evitar que la IA reproduzca el sesgo de un mundo que, históricamente, dejó fuera a las mujeres. “Si una inteligencia artificial aprende sólo del pasado corre el riesgo de responder que las mujeres no deberían votar sólo porque durante siglos no lo hicieron”, advirtió Correa en la entrevista con Página/12.
OlivIA en acción
Uno de sus ejercicios más claros fue puesto a prueba con una situación cotidiana. Debía sugerir regalos para mellizos de 11 años, niño y niña. Mientras que la respuesta inicial de un chatbot sin entrenar incluía muñecas y sets de cocina para ella, y robots y pelotas para él, OlivIA ofreció una respuesta sin estereotipos, centrada en intereses personales, vínculos y autonomía. Incluso, cierra con una reflexión: “¿qué pasaría si les dieras a elegir entre varias opciones sin decirles cuál es para nena o para varón?”.
Como toda IA, OlivIA no está libre de errores. Su desarrolladora aclaró que no maneja datos personales ni puede sustituir la intervención humana. También establece ciertos límites, como no intervenir en el campo artístico. Aún con sus limitaciones, el desarrollo de esta herramienta responde a una necesidad urgente: aportar a una inteligencia artificial que no sólo sea más precisa, sino también más justa.
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