Allanaron siete prostíbulos y detuvieron una mujer acusada de liderar una banda

Según la investigación de Gendarmería Nacional, Mercedes Medina regentearía varios locales; también cayeron otras seis personas. Con una orden del juez Federal Daniel Bejas, personal de Gendarmería Nacional recorrió siete prostíbulos el viernes a la noche. Secuestraron armas y documentación.

MÓVIL. La Gendarmería sorprendió a los vecinos en Marco Avellaneda 666.  MÓVIL. La Gendarmería sorprendió a los vecinos en Marco Avellaneda 666.
15 Septiembre 2013

Parecía que el prostíbulo era inmune a los controles policiales. Desde que se sancionó la ley de "Prostíbulos Cero", el burdel de Marco Avellaneda 666 fue clausurado tres veces. Pero después volvía a abrir sus puertas. El viernes a la noche, la Justicia Federal cree haberle dado el golpe final a una banda dedicada a la explotación sexual de mujeres, y detuvo al matrimonio que sería dueño de ese prostíbulo y de otro ubicado en "El Bajo".

Los operativos realizados por la división Trata de Personas de la Policía tucumana por la ley de prostíbulos Cero habían permitido recolectar información sobre el funcionamiento de una banda de proxenetas. Las chicas que se encontraron en el "Hotel California" (como dice en el cartel del boliche de Marco Avellaneda 666) adujeron siempre que trabajaban por su cuenta, pero la investigación que realizó Gendarmería Nacional en los últimos tres meses habría demostrado lo contrario, según comentaron fuentes de la investigación. La denuncia original había sido radicada por la fundación María de los Ángeles en el Juzgado Federal Nº 1, a cargo de Raúl Daniel Bejas.

El viernes a las 22, los vehículos de Gendarmería Nacional se desplazaron a siete puntos de la capital. En una casa ubicada en Marco Avellaneda al 400 detuvieron a quien se considera la líder de la banda dedicada al proxenetismo, Mercedes Medina. La mujer se encontraba en la vivienda de dos plantas con dos colaboradores sobre los que también recayó la orden de detención: Juan Sarmiento y María Juárez.

En el allanamiento, además de una escopeta y varios cartuchos, los gendarmes encontraron documentación de los dos prostíbulos que pertenecerían a Medina. También había permisos del Instituto de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA) y de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa) de la municipalidad. Incluso estaba la boleta del pago de una multa a la repartición municipal luego de una clausura.

Un dato que llamó la atención de los gendarmes fue el hallazgo de dos cuadernos que contenían números telefónicos. En ambos estaba registrado y destacado con círculo el celular de Susana Trimarco. "Vamos a pedir que se investigue si ellos fueron los autores de algunas de las llamadas amenazantes que recibió Trimarco", dijo el abogado de la fundación Carlos Garmendia.

En un galpón de San Cayetano fue detenido el esposo de Medina, Ernesto Robles, conocido como "Negro". Las fuentes consultadas comentaron que el hombre llegó al lugar al enterarse que estaban realizando un allanamiento, acompañado por su abogado Carlos Posse. Una vez que se identificó, los gendarmes corroboraron que se encontraba dentro del listado de detenciones que había ordenado Bejas.

También fueron detenidos el sobrino de Medina, Eduardo Loto, y su esposa, Susana Figueroa, quienes serían encargados del prostíbulo de "El Bajo", de acuerdo a la investigación de Gendarmería. Ese local estaba cerrado el viernes a la noche, y el edificio se había hecho conocido a mediados de marzo de este año cuando LA GACETA difundió las imágenes de una vaca que estaba en la terraza del lugar.

En el "hotel California", por su parte, había solamente dos mujeres, quienes se entrevistaron con las psicólogas de la fundación María de los Ángeles. La última persona detenida fue Iván Frías, quien está preso en Villa Urquiza por varios delitos y gozaba hasta ayer de permisos extramuros. A las 7, Frías fue notificado en la penitenciaría que no podrá salir durante el día como lo venía haciendo, y que el lunes deberá declarar ante Bejas.

"Nos cierran las puertas"

Ella sólo observaba el operativo de Gendarmería. Trabaja en la calle, pero igual se vio afectada. Según afirmó, la presencia de los uniformados "ahuyenta" a los potenciales clientes. Además, se quejó por la dificultades que encuentra a la hora de ejercer su trabajo: la prostitución. Daniela (su nombre ficticio) se mueve por la zona de "El Bajo". Allí busca a sus clientes y después intenta conseguir una pieza, aunque no sea una tarea fácil. "Estamos pasando un montón de cosas, en los hoteles no nos quieren alquilar las piezas", reclamó, tras aclarar que hablaba en representación de las demás "chicas".

Daniela contó que se dedica al trabajo sexual desde hace 13 años. Argumentó que es viuda y que tiene que mantener ella sola a cuatro hijos. "Por el pan de cada día, pido por favor que nos dejen tranquilas. Que lo que tengan con las otras personas no nos incumba a nosotras. Nos están sacando todo, nos cierran las puertas en todos lados. No pedimos nada, sólo que nos dejen trabajar a quienes vivimos de esto para criar a nuestros hijos", suplicó la mujer.

A Daniela no le importa por qué los gendarmes detuvieron a cuatro personas, el viernes a la noche. "No sé ni me interesa", sostuvo. Sólo se limitó a explicar que la prostitución es la única salida que encuentra para mantener una condición de vida digna. "Lo que te ofrecen como alternativa para salir de esto es un plan de $ 1200 o $ 1800 que no alcanza para nada", argumentó.

Daniela insistió en que sólo le preocupa llevarles el pan a sus hijos. "He pasado por tantas cosas que no quiero que mis hijos tengan las necesidades que tuve yo. Y no voy a esperar a recibir lo que ellos (el Gobierno) te quieran dar. Vivo de mi trabajo. No me interesa que me juzguen, sólo les pido que me dejen trabajar", sentenció.

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