Los escombros les taparon la ilusión de una nueva canchita

Según el municipio, con el material construirán defensas para el río Salí. Entre los restos de hormigón y los hierros, aparecen víboras.

PELIGROS. Hace más de un mes que depositaron los escombros, un riesgoso “parque de diversiones” para los chicos del barrio San Antonio del Bajo. LA GACETA  / Foto de Florencia Zurita PELIGROS. Hace más de un mes que depositaron los escombros, un riesgoso “parque de diversiones” para los chicos del barrio San Antonio del Bajo. LA GACETA / Foto de Florencia Zurita
23 Julio 2015
Hace tres meses tuvieron la idea de hacer una canchita de fútbol en esa parte que siempre fue un basural. Y les fue bien. Según cuentan los vecinos del barrio San Antonio del Bajo, rápidamente se organizó un campeonato de fútbol del que participan jugadores de barrios cercanos, como El Palomar y Antena, entre otros. Consiguieron plata para emparejar y limpiar el terreno, colocaron postes para alumbrado público, consiguieron troncos para sentarse a ver los partidos.

La cancha, en poco tiempo, se convirtió en un oasis en medio de la profunda humildad que crece a orillas del río Salí. Por estos días, los que la utilizan no tienen más opción que turnarse: hasta antes de las 20, juegan los más chicos; después, los grandes. “Por eso, como vimos que todos se entusiasmaron, pensamos en hacer otra canchita al lado, sobre todo para los más chicos. Creemos que es un espacio para que no anden en la droga y hagan deportes. Pero con todos estos escombros que nos tiraron encima, ya es imposible hacer nada”. El lamento pertenece a José, un joven de 25 años, padre de dos chicos, que prefiere mantener en reserva su apellido. “Por todas estas cosas de la política”, se justifica.

En los minutos que José y otros vecinos charlan con LA GACETA, una nube de niños se posa sobre la montaña de hormigón que arrojó la Municipalidad de Banda del Río Salí, que son los restos de la demolición de tres cuadras de la avenida San Martín, que está siendo repavimentada. Se escuchan algunas quejas entre los chicos: se doblan los tobillos, se enganchan los pies entre las placas y se raspan con los hierros que quedaron al descubierto.

El peor accidente lo sufrió Alejo Figueroa, un nene de siete años que casi pierde un dedo jugando entre los escombros. “De milagro le salvaron el dedo, se lo tuvieron que reconstruir con un pedazo de piel y la uña ya no le va a crecer. Uno se descuida un minuto y los chicos ya andan ahí, pero es un peligro por los hierros y porque no están firmes esas placas”, apunta Gladys Figueroa, mamá de Alejo y de su hermano gemelo. Viven en uno de los pasillos del barrio.

Además de los riesgos para los chicos y de que se les haya enterrado la ilusión de una nueva cancha, los vecinos aseguran que ya han visto víboras entre los escombros.

“Obra de contención”

En la edición de ayer de LA GACETA, Víctor Hugo Reynoso, director de Obras del municipio del este aseguró que la disposición de los escombros era “provisoria”. “Los arrojamos ahí para agilizar la obra de repavimentación, porque las canteras donde tiramos los escombros están saturadas. Después los vamos a sacar y poner en otro lado”, había explicado el funcionario. Pero ayer Alejandro Khoder, secretario de Obras y Servicios, contradijo a Reynoso.

“El hormigón se dispuso ahí porque estamos por hacer obras de contención en la barranca del río. Sería un desperdicio tirar ese material de demolición en la planta de disposición final en Overa Pozo, es un material que sirve. Lo dejamos en ese sector para luego distribuirlo, taparlo con tierra y hacer defensas porque durante las últimas lluvias el río avanzó hacia las casas”, explicó el sobrino de Zacarías Khoder, intendente de la Banda.

El avance del río es precisamente lo que le preocupa al vecino Roque Ramón Quinteros, del barrio conocido como “Plataforma”. En esa parte, la barranca del río produce vértigo, y se pueden ver grietas que hacen pensar que un bloque de tierra está a punto de caer. “Si no hacen algo urgente, con una lluvia como las del verano nos quedamos sin casas. Los políticos nunca entran hasta acá”, reclamó el hombre. A los vecinos no les informaron oportunamente que los escombros tendrían esa finalidad.

“En realidad, las defensas no son trabajos que nos correspondan directamente a nuestro municipio, sino que es jurisdicción provincial. Pero si podemos ayudar, lo hacemos. Lamentablemente no podemos hacer todo junto; vamos a terminar con la avenida y después vamos a continuar con la obra de contención del río”, aseguró. Además, el funcionario agregó que para mediados de la semana próxima la avenida San Martín estará abierta al tránsito.

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