Se desinfló el “blue” y aumentaron las reservas

El dólar paralelo terminó la jornada ayer a $ 14,90, tras haber cerrado el martes a $ 15,10. Según el ministro Kicillof, “cada vez que viene una elección, machacan con las corridas; buscan que la gente se asuste”. Las reservas del Banco Central culminaron ayer en U$S 33.913 millones, el nivel más elevado desde el 28 de octubre de 2013.

23 Julio 2015
El dólar paralelo retrocedió 20 centavos o 1,32%, a $ 14,90 para la venta en la plaza local, mientras la divisa se ofreció a $ 9,18 en pizarras de la City porteña, en una rueda en que el Banco Central compró U$S 100 millones, consignó la agencia DyN.

El dólar paralelo, que el martes escaló a $ 15,10, máximo valor desde inicios de octubre de 2014, mantenía en 62,3% la brecha que lo separa del que se ofrecía a $ 9,18 en el promedio de bancos y de casas de cambio porteñas. El dólar paralelo marcó un máximo histórico de $ 15,95 a fines de septiembre de 2014, pero al cierre de diciembre quedó en $ 14, tras lo que había descendido hasta la zona de $ 12,60 a inicios de junio de este año. Pero la divisa comenzó a subir a mediados de ese mes, cuando fue proclamada la fórmula Daniel Scioli y Carlos Zannini para las elecciones PASO de agosto próximo (desde entonces gana casi 16%).

El declive en el mercado marginal se alineó ayer con el leve retroceso que registraron los tipos de cambio implícitos en las operaciones bursátiles, que cedieron a la zona de $ 13,20/13,40, para el “dólar bono” y el llamado “contado con liquidación”, respectivamente.

El dólar que surge de las operaciones de atesoramiento (oficial más 20%) quedó a $ 11,01 y el llamado “turista” (oficial más 35%) se pactó en $ 12,39. La estabilidad del dólar en pizarras no reflejó el alza que la divisa volvió a mostrar en el segmento mayorista, donde subió cinco milésimas a $ 9,161. “La demanda autorizada contó con la asistencia del Central en el primer tramo del día, pero su consistencia cedió en la fecha frente al empuje de importantes órdenes de venta, que inclinaron la balanza a favor del órgano de control y dieron pie a una significativa cosecha de divisas que pudo exhibir el Central en el día de hoy”, mencionó un operador. Las reservas de la entidad que preside Alejandro Vanoli cerraron ayer en U$S 33.913 millones, su nivel más alto desde el 28 de octubre de 2013, cuando se ubicó en 33.617 millones, según la agencia Télam. Tras adquirir divisas y realizar pagos en la jornada, las reservas aumentaron en U$S 65 millones hasta alcanzar el pico señalado. Fuentes del mercado indicaron que la tendencia a la baja mostrada por el dólar marginal se debe a factores especulativos y que el crecimiento de las reservas apuntalan el retroceso frente al peso que experimenta el billete verde que se negocia en “cuevas”.

“Cada vez que viene una elección machacan con las corridas”, indicó ayer el ministro de Economía Axel Kicillof, al ser consultado sobre la volatilidad del dólar. “Tratan de generar psicosis para que la gente se asuste”, remarcó.

Un informe de la consultora Econométrica señala que el impacto comercial en la Argentina por la baja del precio de los commodities (en especial la soja), determinó que las exportaciones caigan 19% en lo que va del año. La diferencia estuvo en que el swap chino permitió un enroque de dólares comerciales por financieros, evitando que descienda el flujo de divisas en el mercado y en consecuencia que presione por una devaluación. De hecho, el swap firmado en octubre pasado fue por el equivalente a U$S 11.000 millones, magnitud incluso superior a todo el saldo comercial (U$S 6.700 millones en 2014). Con el financiamiento obtenido, el Gobierno no sólo evitó la devaluación sino que, incluso a contramano de la región, aumentó el atraso cambiario en términos reales un 25% interanual, con el fin de impulsar el consumo en un año electoral, acota la consultora. El atraso cambiario implica que la economía demanda todo el tiempo dólares para financiar su déficit externo, y alejar así la expectativa de devaluación. Y mientras más atraso cambiario, más dólares exige para mantener el desequilibrio externo.

“En los 90, el Estado se endeudó a un ritmo de U$S 8.000 millones anuales, además de vender YPF y descapitalizar el Banco Central, todo para conseguir los dólares que permitían sostener la convertibilidad. Cuando se agotaron todas las fuentes de financiamiento que permitían financiar el atraso cambiario, se destapó la olla en 2001”, recuerda. Argentina está hoy otra vez en atraso cambiario y desde hace años decidió financiarlo con las reservas acumuladas en los años mozos del modelo, concluye.

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