¿La pax cambiaria es una señal de estabilización del mercado? ¿Cuánto incidió en las expectativas el régimen de regularización de activos para captar divisas? ¿El Gobierno encontró la fórmula para frenar al dólar? El mercado se hace todas estas preguntas, pero las reservas internacionales del Banco Central no son las suficientes como para pensar que la Argentina ha recuperado capacidad de pago en moneda extranjera, de tal manera de salir rápidamente del cepo cambiario. Sin embargo, este 2024 está demostrando ser un gran año para el peso argentino, indica un reporte elaborado por GMA Capital. Luego del comienzo del nuevo programa económico en diciembre pasado, se vio una apreciación real de la moneda local. Este fortalecimiento fue notable tanto con relación al dólar oficial (-40% real) como contra el financiero (-35% real).

En esta línea, indica la consultora, en los últimos días tanto el MEP como el “contado con liqui” han visto llamativos retrocesos en términos nominales. De esta manera, se ha profundizado una tendencia que comenzó hace un mes. Mientras que a principios de agosto el CCL se negociaba a $ 1.340 y preocupaba a inversores, el viernes último cerró cerca de $ 1.275 (-5%).

Por otra parte, las elevadas tasas nominales en pesos de nuestro mercado (que compiten contra una inflación en descenso, pero aún de magnitud) han llevado a un nuevo período exitoso de carry trade. A pesar de cierta volatilidad en el dólar financiero a partir de abril, el plazo fijo ha dado rendimientos extraordinarios en dólares. Éstos han sido de 17% en los primeros ocho meses del año, el mayor registro en más de una década, observa GMA. Asimismo, estos retornos acumulados en tasa fija se encuentran entre los primeros 3 a nivel de mercados emergentes este año. Mientras que en primer puesto se encuentra el carry de la lira turca con un 23%, el rublo ruso (17%) comparte el segundo puesto del ranking junto al peso argentino, acota.

Otro “driver”: una reducida oferta monetaria

Como último “driver” de la estrategia de “carry trade” se ubica la reducida oferta monetaria actual. Recientemente, la base monetaria ha aumentado a casi el 4% del Producto Bruto Interno (el doble que hace seis meses), aunque este nivel sigue siendo históricamente bajo.

Se prevé que la remonetización, que llevaría el stock de pesos a un deseado 9,1% del PBI, se producirá de manera gradual y progresiva. Esta misma lógica se podría replicar al resto de los agregados monetarios, que estarían potenciados por la creación de dinero secundaria mediante la expansión del crédito, sostiene el reporte de GMA.

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De esta manera, el incremento de la cantidad de pesos buscaría acompañar el crecimiento de la economía, limitando presiones inflacionarias y devaluatorias. El cierre de las “canillas de emisión” y la limpieza del stock de pasivos remunerados ha otorgado cierta tranquilidad. Ya no existe un enorme excedente de pesos que pueda volcarse rápidamente a demandar dólares financieros. Ese es uno de objetivos que se había fijado el presidente Javier Milei en esta segunda fase de su plan monetario y cambiario. El camino hacia el fin de las restricciones cambiarias, sin embargo, todavía tiene algunas piedras que dificultan la meta.

Intervención del BCRA: impacto en los dólares financieros

Dentro de los principales factores que invitan al “carry trade” (colocar dinero en activos en pesos, obtener intereses y luego comprar dólares) se encuentra la presencia del Banco Central en los dólares financieros.

Desde mediados de julio, y en línea con el lanzamiento de la Fase 2 del programa económico anunciado por el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, la autoridad monetaria comenzó a esterilizar pesos a partir de ventas en el mercado financiero. De esta manera, se logró estabilizar el “contado con liqui”, de forma discrecional, por debajo de $ 1.300 por unidad.

La esterilización máxima se prevé cercana a $ 2,4 billones, es decir, alrededor de U$S 1.850 millones, recuerda GMA Capital.

Mientras que el Balance Cambiario de julio señala que ese mes se usaron más U$S 300 millones, la empresa especializada en inversiones y finanzas sostiene que esta cifra ya se encuentra cercana a los U$S 800 millones. Por lo tanto, el BCRA estaría dispuesto a utilizar otros U$S 1.000 millones para mantener estable el Contado con Liquidación.

Riesgo comercial: el plan de pago de las importaciones

No todos los fundamentos son positivos. Algunos representan riesgos para la estrategia de seguir apostando al peso, por lo que es necesario resaltar los riesgos, alerta GMA. Luego de haber vendido U$S 265 millones entre junio y julio, en agosto el Banco Central acumuló U$S 377 millones. La estacionalidad propia del segundo semestre hubiera indicado lo contrario, esperando una merma en la oferta privada de divisas. Sin embargo, las arcas en Reconquista 266 se fortalecieron. ¿Qué sucedió? La ratificación del anuncio de la baja en la alícuota del impuesto PAIS para las importaciones de bienes y fletes habría colaborado para moderar la demanda privada de divisas durante el mes pasado. Sin embargo, para el mes entrante deberíamos observar una normalización del flujo de divisas en el mercado cambiario, principalmente de la demanda privada de divisas la cual impulsaría el volumen del Mercado Abierto Electrónico. Por un lado, lo realizaría por el efecto de reducción del impuesto PAIS, que aumentaría la demanda de bienes por la elasticidad-precio de las importaciones. Por otro lado, está el cronograma de pago de importaciones, que acelera los requisitos de divisas. El mismo establece que el pago de importaciones se realice en 4 cuotas mensuales de un 25%.

Blanqueo de capitales: otra fuente de ingresos de divisas

La exteriorización de bienes también sería una nueva fuente de dólares para el sistema financiero local. Si bien las estimaciones varían, cifras entre los U$S 30.000 millones y los U$S 40.000 millones se repiten. Por supuesto, se encuentra lejos de los U$S 116.000 millones del histórico blanqueo de 2016, pero aun así implicaría otra importante herramienta para la administración actual.

Producto del régimen de regularización de activos en efectivo, las reservas brutas del Banco Central ya se están beneficiando por el incremento de depósitos en dólares, cuyo stock ya regresó a niveles de diciembre de 2019. Esta mejora en el balance de la autoridad monetaria puede ser vista como una señal positiva para el mercado, ya que esa estrategia indicaría a los operadores que la Argentina se encamina hacia una mejor capacidad de pago de sus compromisos, con el consiguiente efecto en la restitución de la confianza.

Asimismo, existe la posibilidad de que el ingreso de dólares al mercado financiero también traería un flujo vendedor en los dólares financieros MEP y el CCL, lo que aportaría su cuota a la estabilidad de la brecha cambiaria.

Dólares financieros: los compromisos del Estado

Como las divisas podrían menguar desde el lado comercial, la dependencia de la cuenta financiera debería ir “in crescendo” para que la salud del programa económico no pierda vigor.

Sin embargo, las necesidades de financiamiento por esta vía están sujetas a varias complicaciones. En particular, encontramos el calendario de vencimientos en moneda dura. Excluyendo al Fondo Monetario Internacional (FMI), hay compromisos por U$S 2.100 millones en concepto de vencimientos con organismos internacionales en los próximos seis meses.

Asimismo, existen otros compromisos financieros de la Argentina como el pago de Bonares y Globales por casi U$S 4.400 millones. De acuerdo con las autoridades del Ministerio de Economía, los dólares para los intereses (se menciona un monto cercano a los U$S 1.528 millones) ya se habrían comprado.

Según el Informe de Gestión presentado en la Cámara de Diputados de la Nación, el Estado se encuentra gestionando las transferencias del monto mencionado al fiduciario (Bank of New York). Por su parte, el pago de capital se espera que se realice a partir de un REPO, aunque todavía no hay definiciones sobre esta operación, indica GMA.

La inflación: la baja de precios es clave

El incremento del costo de vida mantiene estable en torno al 4% mensual. Continuar con el proceso de desinflación es clave para evitar que el actual régimen cambiario implique una apreciación excesiva del peso argentino y comprometa la generación de dólares y la capacidad de recuperación de la actividad, advierte GMA.

Si bien los niveles actuales de nominalidad siguen siendo elevados (equivalente a un 60% en términos anualizados), el Gobierno ha implementado una serie de medidas destinadas a desacelerar la suba de precios en economía. ¿El objetivo final? Converger hacia el crawling peg del 2%, una condición necesaria para la salida del cepo según los funcionarios, explica el economista Nery Persichini. Adicionalmente, la reducción de la alícuota del impuesto PAIS constituyó una medida explícitamente antiinflacionaria. De acuerdo con estimaciones de analistas privados, esta acción podría disminuir el índice inflacionario de agosto en 0,7 puntos porcentuales. Un buen dato de inflación para agosto y cifras de alta frecuencia en descenso para septiembre evitarían presiones en el tipo de cambio y darían aire a la brecha.