La brumosa realidad físico digital

La distinción es cada día más borrosa. No podemos hablar de que nos encontramos en una encrucijada de realidades. La realidad ya es tanto física como digital. “Phygital”, podríamos llamarla. No solo en cuanto a la interacción simultánea que se da entre el espacio virtual y el presencial; también está presente en la redefinición de cómo procesamos y comprendemos esta nueva realidad.

09 Febrero 2025

Por Miguel Papic para LA GACETA

Existe una transformación profunda en cómo se construye el del pensamiento humano, que es provocada por el procesamiento algorítmico de datos. Este cambio ha alterado la forma en que experimentamos la vida y nuestra idea de pasado y futuro.

La inteligencia artificial (IA) y los algoritmos son además de herramientas, verdaderos arquitectos de una nueva realidad. Se vuelve difuso discernir cuál de las dos realidades es la que más sentido nos hace, la que más felices nos hace, la que nos parece más real.

El mejor ejemplo es lo que ocurre en los juegos online. Cualquiera de los grandes juegos como Minecraft combina el juego en el espacio virtual y la interacción que ocurre con amigos de carne y hueso. Una no va sin la otra, particularmente en la generación Z. Se reúnen a jugar un juego digital, interactúan en aquel espacio, al estar en bandos opuestos, y chatean a través de Discord, pero la comunicación es más propia de la realidad física. Es una realidad complementada, aumentada, y aparentemente mejorada.

De alguna manera si nos “descarriamos” (como la oveja) y salimos del corral algorítmico imaginario, nos enteramos de cosas que no habíamos visto. Casi siempre podemos hacerlo. Casi digo, porque hay lugares en los que ese corral es un verdadero muro digital. En algunos lugares, como China, el muro digital se ha endurecido y se ha convertido en un arma. La mayoría de los chinos no pueden acceder a los 5.000 sitios web más importantes del mundo. Si lo intentan, la IA detecta rápidamente su comportamiento y ajusta el muro digital a su alrededor, haciendo imposible comprar un boleto de avión, un billete de tren o incluso comida. El muro digital se convierte en real, en una prisión digital.

En efecto, el impacto de la IA en la censura y el control de la información es aún más pronunciado en lugares como China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Corea del Norte, donde el “muro digital” se ha convertido en una herramienta de control estatal. Este ejemplo pone de relieve cómo la tecnología digital, lejos de ser neutral, puede ser utilizada para reforzar estructuras de poder y control.

Sería un lugar común decir que lo “phygital” nos deja muchas interrogantes. Es obvio que ese sea el efecto de algo nuevo. Pero recordemos que la realidad pre iPhone también nos tenía repletos de interrogantes.

De todas formas, debemos cuestionar la integridad (ética) estructural de estas construcciones digitales. La mega red de datos interconectados puede parecer robusta, pero puede estar cimentada en fundamentos inestables o falsos, o con sesgo ideológico, con perspectivas que buscan imponer una (la única) mirada sobre la realidad. MeToo, Black Lives Matter y la propaganda islámica no habrían tenido el impacto que tuvieron sin una difusión masiva, y coordinada por algoritmos que cambian y se adaptan.

Podemos imaginar estos corrales algorítmicos como matrices cartesianas, donde cada punto se contextualiza en una cuadrícula. Eso sería “real” si aquella cuadrícula fuese estática. Pero no lo es. El espacio digital es dinámico y complejo. Luciana Parisi (Duke) ilustra este cambio, describiendo el espacio digital como una “estructura de relaciones en evolución”.

La cuadrícula ha dado paso a una superficie topológica que se transforma constantemente, redefiniendo las relaciones entre puntos de datos. Este cambio señala una forma de comprensión (saber-aprender) que es fluida y contextual.

En este paisaje en constante cambio, la importancia ya no reside en los datos individuales, sino en las relaciones y conexiones entre ellos. Estamos transitando entonces, de una realidad definida por datos estáticos a una realidad definida por la interacción y la relación dinámica entre estos datos.

En un mundo donde la realidad phygital se convierte en la norma, la forma en que pensamos, percibimos y tomamos decisiones cambiará, constantemente. Que no nos extrañe que lo que defendimos a rajatabla hace un par de meses, hoy lo ataquemos fervorosamente. De ahí que nuestro enfoque en el análisis de datos y la toma de decisiones no puede ser meramente cuantitativo; debe incorporar una comprensión de la naturaleza fluida y relacional de estos datos.

Este enfoque, integral y evolutivo, es crucial para comprender nuestro lugar en este nuevo mundo; las normas que nos deben regir, el orden que esperamos alcanzar, y nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la idea de crecimiento y progreso que imaginamos para nuestra sociedad. La libertad está en el centro de este debate. Vale la pena entonces, discutirlo con realismo.

© LA GACETA

Miguel Papic – Emprendedor tecnológico, presidente de la Fundación Libertad Humana

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