La cantidad de mujeres presas por drogas creció un 80%

17 Noviembre 2013

Madre. Pobre. Desempleada. Sin estudios primarios terminados. Residente de un barrio marginal. Detenida con poca cantidad de drogas. Los datos aparecen en la gran mayoría de los expedientes de las mujeres argentinas que caen tras las rejas por narcotráfico. El 70% de las detenidas en el Sistema Penitenciario Federal argentino poseen causas de drogas, según el informe "Mujeres en Prisión: los alcances del castigo", del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En Tucumán, la cantidad de mujeres detenidas por comercialización de drogas aumentó un 80% en los últimos cinco años, según datos de la Justicia Federal. Lo que más creció fue la detención de mujeres que tienen en su poder drogas con fines de comercio (el 45%). La gran mayoría vive en barrios marginales, carecen de estudio y son desempleadas.

La situación se repite en toda América Latina: la población penitenciaria femenina se duplicó entre 2006 y 2011 y la mayoría están acusadas de delitos menores relacionados con las drogas. Estas mujeres, según el análisis de los expertos, generalmente se encuentran en los eslabones más bajos, precarios e "intercambiables" del narcotráfico. Y su arresto no altera el buen funcionamiento del mercado ilícito.

Modalidades del delito

Muchas gozan de prisión domiciliaria.- La ley 26.472 de privación de la libertad establece que las mujeres embarazadas, las que tengan hijos menores de cinco años o un discapacitado a su cargo, y los enfermos o discapacitados detenidos en lugares no adecuados para su estado pueden acceder al beneficio de la prisión domiciliaria, si los jueces lo consideran pertinente. Por eso, la primera vez que son detenidas, las mujeres suelen obtener este beneficio. Hubo casos en los que, a pesar del arresto en sus casas, fueron detenidas nuevamente porque continuaban con el negocio.

Negocios Familiares.- La característica del negocio de la droga en Tucumán, es su venta al menudeo. El juez Federal N° 1, Daniel Bejas, comentó esta semana que se ha convertido en una actividad familiar, y que cuando detienen al hombre, continúa vendiendo su esposa. "O la abuela, o los hijos. Los más pequeños hacen reparto puerta en puerta o hacen de 'campanas'", describió el magistrado. Precisamente, esta característica es lo que habría hecho crecer el número de mujeres "transas".

Falsos quioscos.- El negocio que llevan adelante las mujeres que venden droga suele ser camuflado bajo la apariencia de una despensa, de un quiosco o de un puesto de venta de sándwiches de milanesa. Unos pocos artículos (como chupetines, alfajores, caramelos, paquetes de polenta o azúcar) suelen ser exhibidos para simular un negocio legal.

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