Sostener el precio del azúcar es tarea del sector

La ley de creación de este nuevo ente pretende normalizar la actividad azucarera, para lo que se debe cumplir con la reglamentación. Pero todos los sectores involucrados deben asumir sus responsabilidades, si es que se pretende acomodar el mercado y que mejoren el precio del producto final. Una tarea del Estado y de los factores privados.

En estos días, en la actividad azucarera se escuchan afirmaciones de distintos factores que lo integran, sobre que es necesario afianzar los controles para lograr que los precios del producto en el mercado interno no se depriman, sino por el contrario, pueda subir a valores más rentables. Generar las condiciones necesarias para que esto suceda no es un trabajo que debe realizar el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), sino que debe ser hecho y consensuado por todos los referentes del sector azucarero que, además, integran la mesa de ese organismo público privado, que se encuentra trabajando en su segunda zafra.

Es importante destacar que la ley de creación de este nuevo ente pretende normalizar la actividad azucarera para lo que se debe cumplir con la reglamentación. Pero esto deben hacerlo todos los sectores involucrados, si es que se pretende acomodar el mercado y que todos puedan ser beneficiados por el bien de la actividad, y no que cada factor que lo componga actúe según su conveniencia.

La normativa que creó a este organismo lleva poco tiempo de vida. Algunos logros, en lo referente al comportamiento del mercado azucarero, están a la vista, ya que los precios del producto mejoraron de manera importante a igual fecha del año pasado.

Es cierto que los precios que pretenden deben seguir mejorando, ya que la inflación hizo que los costos productivos y laborales aumenten considerablemente. Lo cierto es que los controles de producción, para definir de manera permanente los porcentajes para retener azúcar y evitar que los precios disminuyan, deben ser muy efectivos y, sin duda, el Ipaat es solo un eslabón de toda la cadena.

Si analizamos qué pasó en las campañas anteriores, siempre se manifestaba que se debían exportan los excedentes para que el precio no caiga, y esto en la realidad no sucedía ya que el precio siempre caía, por lo que, sin duda, los compromisos de exportación o de fabricar alcohol no se hacían como se debía.

A comienzo de la zafra 2013, el precio de la bolsa de 50 kilos era de $120, un valor de quebranto, ya que solo servía para cubrir el costo de cosecha y flete. Actualmente, y cuando llevamos más de un mes de zafra, los precios están muy por arriba del valor a igual fecha del año pasado, por lo que la situación es completamente distinta.

Como se afirma más atrás, el trabajo del Ipaat es verificar la producción y estimar los porcentajes que deben ser retenidos para exportar, pero el sector productivo debe ser consecuente con lo que debe hacer, para no sobre producir y sobre ofertar un mercado azucarero.

Si vamos tiempo atrás, como tres zafras transcurridas, el azúcar tenía buen precio y la rentabilidad era buena, tanto para los industriales como para los cañeros. Todos siguieron apostando a la caña, por lo que se decidió aumentar el área de plantación llegándose a valores que superaron holgadamente las 270.000 hectáreas.

Hubo productores que no eran cañeros y se transformaron de un año a otro, e incluso se llegaron a sacar plantaciones de cítricos y sembradíos de soja para reemplazarlos por caña en todos los rincones aptos para agricultura en la provincia, pero muchos en lotes que no aptos para caña.

Después de sucedido esto, aparecieron condiciones climáticas anormales para la provincia y para la región, que provocaron sequías que acentuaron los problemas que tenían los cañaverales plantados en zonas no aptas y, a la vez, disminuyeron los potenciales de rendimientos de los cañaverales tucumanos restantes, por lo que fue difícil obtener valores de toneladas molidas similares a una campaña normal. Para 2014, los especialistas en estimar producción dieron valores de 1,4 millón de toneladas, siempre y cuando no ocurran heladas fuertes, pero con las excesivas lluvias de abril, mayo y junio, ya se hablan de otros números que serán conocidos en breve tiempo. Esta regulación natural que realizó el clima sobre la actividad, seguramente mantendrá un precio acorde, pero no basta con que los trabajos que realiza el ente de contralor se realicen en forma aislada.

Consensos cumplidos

El consenso y el cumplimiento de los acuerdos del sector azucarero, en su conjunto, y la observancia permanente del Estado en monitorear el cumplimiento es importante, pero el rol del Estado también pasa por generar otras alternativas productivas estimulándolas con beneficios impositivos o financieros, y no afectando a otras con políticas desacertadas, lo que permitiría que se auto regule una actividad tan complicada como la azucarera.

Pero es importante destacar, además, que la Ley Azucarera vigente debe cumplirse como fuese, para que el azúcar, dentro del mercado nacional, sea el que se consume, por lo que es necesario recordar que los precios de un producto en un determinado mercado siempre son controlados por la ley de la oferta y la demanda, y eso siempre debe ser tenido en cuenta.

Es por ello, que todos los integrantes del sector azucarero, varios representados en la mesa del Ipaat, deben realizar un trabajo donde el consenso sea primordial y el equilibrio en el mercado azucarero sea el objetivo buscado para el bien de la industria madre tucumana.

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