Si no se trata, la patología lleva a la discapacidad total o parcial

21 Julio 2015
La artritis reumatoidea (AR) es una enfermedad autoinmune e inflamatoria crónica. Se inflama el revestimiento de las articulaciones afectando el movimiento del cuerpo. Si no se diagnostica y se trata a tiempo puede llevar a una discapacidad total o parcial.

“Afecta tanto a niños -a partir del año- como a mayores de 70, pero en general se manifiesta entre los 30 y 40 años, es decir en plena etapa activa de la vida. Cuando se la deja evolucionar sin tratamiento constituye la primera causa de discapacidad”, definió el doctor Rodolfo Pérez Alamino (h), jefe del servicio de Reumatología del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda (foto), en su charla con LA GACETA.

-¿Cómo es el curso de la enfermedad?

- Tiene un curso flotante: con brotes o picos, y es heterogénea porque no se presenta del mismo modo e intensidad en todos los pacientes. Hay casos severos y leves. Cada artritis es diferente y una vez diagnosticada hay que identificar qué tipo de AR sufre cada paciente.

- ¿Se conoce alguna causa?

- Hasta ahora no se conoce la causa de la AR. Sabemos que hay muchos factores que predisponen o que disparan su desarrollo: tiene una base genética (antecedentes familiares), existen genes que dan más riesgo y que se repiten muchas veces en pacientes con AR. Hay un gen que da mayor susceptibilidad de sufrir la afección y mayor severidad. A veces, el gen está presente pero falta el disparador de la enfermedad: una infección viral, un estado emocional muy fuerte, una situación estresante, la pérdida de algún familiar o de un embarazo, accidentes, factores hormonales (prevalece más en la mujer que en el hombre). El factor ambiental también oficia de gatillo: el cigarrillo -por ejemplo- puede generar artritis y dar un tipo de patología más severa.

- ¿Qué prevalencia tiene la AR en Tucumán?

- Hay estudios hechos en el país, y uno en el Gran San Miguel de Tucumán. La prevalencia mundial y nacional es del 1%, es decir que en el país hay unos 400.000 enfermos. Pero en Tucumán está un poco más alta, cerca del 1,8 o 1,9 % y tenemos que estudiar más el problema para conocer cuál es la razón de este aumento.

- Al ser una enfermedad crónica ¿cuál es el pronóstico del enfermo?

- El paciente vivirá con la AR toda su vida. Es importante la detección temprana de la enfermedad para iniciar el tratamiento de control antes de que deje secuelas irreversibles.

-¿En qué consiste el tratamiento?

- La AR se trata con antiinflamatorios convencionales. Los corticoides en dosis bajas son buenos en el periodo inicial. Luego usamos drogas modificadoras de la artritis para cambiar el curso de la enfermedad o frenarla. Este medicamento demora un poco en hacer efecto, pero se lo ayuda con antiinflamatorios y corticoides en dosis y tiempo adecuados. En pacientes que no responden al tratamiento tradicional usamos drogas biológicas.

- ¿Hay drogas específicas?

- Empezamos a conocer los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad y comenzaron a aparecer drogas específicas, que cambian el curso de la enfermedad. Para los pacientes que no responden a las drogas convencionales hay drogas que modifican ciertas moléculas relacionadas con el desarrollo de la AR. Y están las vacunas -llamadas agentes biológicos- que han revolucionado el tratamiento de la enfermedad. Pacientes severos que antes se nos iban de las manos, con las nuevas drogas han mejorado mucho su calidad de vida.

-¿La AR puede llevar a la muerte?

- La mortalidad en pacientes con AR es alta y se produce por enfermedad cardiovascular, que básicamente se desarrolla por la evolución de la enfermedad: la artritis reumatoidea inflama los vasos vasculares. Los pacientes tienen una esclerosis acelerada, más riesgo de infarto y de ACV y, al ser discapacitante, afecta la calidad de vida en general.

En el país hay unos 400.000 enfermos

“Los daños de la articulación asociados con la AR progresan constantemente durante los primeros 20 años y representan más del 25% de discapacidad en la afección diagnosticada”, señala el doctor Gustavo Citera, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR). Estimó que en el país hay unas 400.000 personas con AR. La mayoría de las veces, afecta las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual: las muñecas, las rodillas, los dedos y los tobillos resultan perjudicados con mayor frecuencia, causando un fuerte dolor y rigidez articular.

La AR produce discapacidad funcional y laboral. Los casos severos producen marcadas deformidades articulares, las personas se ven forzadas a dejar su trabajo y padecen incapacidad para realizar actividades de la vida cotidiana: abrir un frasco, girar una manija o retorcer ropa. También perjudica la vida social: algunos pacientes dejan las actividades de recreación y ocio. El carácter crónico y oscilante de la AR también repercute en la familia. La convivencia con el enfermo genera alta carga de estrés, sobre todo por las crisis de dolor severo e impredecible que suele sufrir.

Grupo AMAR

El Grupo AMAR Tucumán (de autoayuda) funciona en la Escuela de Enfermería de la UNT, General Paz 882. Pacientes, familiares y demás interesados pueden sumarse a las reuniones que realiza el cuarto viernes de cada mes, de 18 a 20. “Informamos sobre las patologías reumáticas, las leyes que protegen a los pacientes con AR, la importancia que tiene el apoyo psicológico, el certificado de discapacidad y de la gimnasia terapéutica”, puntualizó la presidente del grupo, Nilda Gladis Albarracín de Lumetto.

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