“Se debe vacunar al equino antes de la aparición de mosquitos”

Recomendaciones por parte del director del hospital escuela de grandes animales.

23 Diciembre 2023

El papel de las aves resulta clave en el contagio de encefalomielitis equina en los casos de las variantes del Este (EEE) y del Oeste (EEO) -el brote que se está dando ahora en 15 provincias del país-. Así lo destacó el médico veterinario Antonio Ibarreche, magíster en Salud Animal y director del Hospital Escuela de Grandes Animales.

“Las aves desempeñan un papel importante en el ciclo de mantenimiento de estas enfermedades, ya que, junto a algunos roedores, se comportan como reservorio de los virus del género Alphavirus, perteneciente a la familia Togaviridae. Algunos insectos hematófagos -Culex, Aedes, Anopheles y Culiceta, entre otros- absorben el virus al picar a algún reservorio. Luego, lo multiplican en las glándulas salivales y lo pueden inocular en equinos, en humanos, en algunos reptiles y en aves. La transmisión del ave infectada al ave sana mantiene el ciclo enzoótico de la infección”, puntualizó el especialista. Y precisó que solo en la variante Venezuela de la enfermedad los equinos pueden actuar como amplificadores del virus. “Y, en ese caso, estos pueden ser fuente del virus para transmitir, vía un vector, a otros equinos. Pero este virus no existe en la Argentina”, remarcó.

Ibarreche explicó que estas enfermedades -que se manifiestan, sobre todo, principalmente en épocas de lluvias, debido a la proliferación de mosquitos- afectan a equinos y a personas, sin distinción de sexo y de edad; y pueden causar encefalitis grave en estos animales y en humanos. “Debe quedar claro que el mosquito toma el virus de las aves que desarrollan viremia, y no de otro equino. Este no es una fuente de transmisión de la enfermedad para otros caballos ni para humanos. Tanto las personas como los equinos son hospedadores terminales; no tienen importancia epidemiológica en el ciclo, porque en ellos se corta”, señaló.

Contó que el virus, al ingresar al equino, replica en el lugar de inoculación y posteriormente en ganglios linfáticos regionales. Luego, vía sanguínea, llega al sistema nervioso central, donde produce degeneración neuronal, congestión de meninges, cerebral y medular y trombosis cerebral. “La primera etapa de la enfermedad cursa con fotofobia, hipersensibilidad auditiva, caída del labio inferior y ceguera aparente. Luego se observa incoordinación, marcha en círculos, mioclonías, insensibilidad cutánea, hipertermia, depresión y anorexia. Finalmente, se afecta la deglución y el animal cae al suelo con pedaleo, convulsiones y posteriormente, muerte. Algunos caballos que superan la enfermedad pueden quedar con secuelas visuales, auditivas o de conducta”, sintetizó el médico veterinario. Y precisó que tras la aparición de la signología nerviosa, la muerte puede ocurrir en tres días.

El especialista indicó que se debe ser muy preciso en el diagnóstico, para diferenciar la encefalomielitis equina de otras enfermedades, como rabia, botulismo, meningoencefalitis bacteriana o parasitarias, así como también de intoxicaciones varias y traumas craneales. “Para llegar al diagnóstico se deben tener en cuenta las condiciones ambientales -humedad y temperatura ambiente-, época del año, presencia de vectores -mosquitos-, falta de vacunación, antecedentes regionales de animales con signos nerviosos sin vacunación previa. Además, se debe observar la signología clínica. Y finalmente, la determinación del virus a partir de muestras de sangre o de líquido cefalorraquídeo”, dijo.

Ibarreche añadió que no existe un tratamiento específico para la enfermedad: “Se debe realizar un tratamiento de sostén, tanto medicamentoso como de manejo, según las indicaciones del médico veterinario actuante”. Y destacó las medidas que se deben tomar para controlar la enfermedad. “Vacunar anualmente a todos los equinos del establecimiento. Esto debería ocurrir antes de la aparición de los mosquitos vectores, por lo que lo indicado sería empezar en agosto o en septiembre. Los potrillos deben vacunarse a partir de los tres meses. Los animales que no tuvieron vacunación previa, deben recibir un refuerzo a los 30 días de la primera dosis”, indicó. Respecto del control de mosquitos, del uso de repelentes o de la protección de los boxes con mallas mosquiteras, señaló que pueden servir momentáneamente ante la presencia de un brote. “Pero la diseminación de la enfermedad mediante las aves hace que sea incontrolable por otra vía que no sea la inmunización de los animales susceptibles”, manifestó.

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