La baja de tasas apuntala el retorno del crédito

Los plazos fijos pagarán una tasa de interés del orden de 4,2% mensual, tras la última decisión del Banco Central, que redujo de 60% a 50% su tasa de política monetaria.

DECISIÓN DEL DIRECTORIO. El Banco Central comunicó la tercera disminución de la tasa de política monetaria DECISIÓN DEL DIRECTORIO. El Banco Central comunicó la tercera disminución de la tasa de política monetaria

En la tercera decisión tomada en menos de un mes, el Banco Central redujo la tasa de política monetaria de 60% a 50%, lo cual implica una nueva disminución de los rendimientos de los plazos fijos. “La decisión del BCRA se toma en consideración del contexto financiero y de liquidez y se fundamenta en el rápido ajuste de expectativas de inflación, en el afianzamiento del ancla fiscal, y en el impacto monetario contractivo derivado de la estacionalidad en los pagos externos del Tesoro del trimestre en curso”, comunicó la autoridad monetaria.

De esta forma, los rendimientos mensuales de los plazos fijos caerán del 5% mensual actual a un 4,2% promedio, aún por debajo de la inflación. En menos de un mes hubo tres bajas de tasas. Además de la de la semana pasada, que se bajó la tasa al 60%, hubo una previa registrada el 11 de abril. La decisión tiene como telón de fondo el consenso dentro de las consultoras privadas de que la inflación de abril será de un dígito y la de mayo seguirá con tendencia decreciente.

Esta es la quinta reducción desde diciembre y fue adoptada por el Directorio del BCRA a menos de una semana de haberla reducido de 70% a 60%.

Durante un entrevista radial, el presidente Javier Milei había dicho que la tasa de interés seguiría bajando en función de la desaceleración de la inflación. La decisión también provoca una nueva licuación de los pasivos monetarios del Banco Central, que corresponde al dinero que tienen los ahorristas en los bancos. A partir de esta medida los pases pasivos a un día -que son los que reemplazaron a las Leliqs- seguirán siendo remunerados muy por debajo de la inflación, lo cual produce el efecto de “licuación”. La reducción de este stock es clave para el saneamiento del Central y por ende para establecer las condiciones para la salida del cepo cambiario.

Desde la salida de la convertibilidad, la economía argentina no pudo recomponer el financiamiento mediante el crédito bancario. El sistema bancario, quedó en una función meramente transaccional y se debilitó su verdadero sentido que es el financiamiento al sector productivo, observa el economista Eduardo Robinson.

En las últimas décadas la inflación fue creciente, el déficit del sector público y el no acceso al mercado de capitales internacionales, hizo que haya que recurrir a la emisión de dinero. Y para poder neutralizar el efecto expansivo de la emisión, el Banco Central absorbe el exceso de liquidez con distintos instrumentos financieros que ofrece a los bancos y por lo que paga intereses, explica el consultor. Esto es, monetizar el déficit y luego aspirar el excedente con títulos del Central, como las Lebac, las Nobac, las Leliq y los pases pasivos. El hecho de que esa entidad capte el ahorro depositado en los bancos, produce lo que se llama efecto expulsión de la inversión, considera Robinson. Es decir que, en lugar de orientar el crédito al sector privado, lo destinan al público. “En estos momentos, el gobierno trata de disminuir el pasivo remunerado del Central; por eso, licua el pasivo disminuyendo la tasa de política monetaria, del 80% al 50% anual. Con una inflación proyectada en el 130 % anual, se licua la deuda.

Contexto recesivo

Esta baja en las tasas que paga el Banco Central lleva a una disminución de las tasas que ofrecen los bancos a los depositantes de plazos fijos. Es decir, bajan las tasas pasivas lo que estaría alentando la baja en las tasas activas, que son las que cobran los bancos por otorgar créditos. La idea sería empezar a motorizar el crédito al sector privado, por baja de tasas y por la recuperación de solvencia fiscal. Pero, en un contexto severamente recesivo por el que atraviesa la economía, no hay incentivos a tomar créditos, indica el economista consultado por LA GACETA. Las empresas tienen capacidad ociosa elevada y los particulares son renuentes a endeudarse a tasas que siguen siendo muy elevadas en relación con la capacidad de pago.

Teniendo en cuenta que hay incrementos de tarifas, de transporte, de servicios de salud, entre otros, que han restado capacidad para devolver préstamos a mediano plazo. Se usa la tarjeta de crédito, con elevados intereses, un crédito de corto plazo de muy baja calidad. Este escenario puede modificarse en la medida que sigan reduciéndose las tasas.

Para restablecer el crédito bancario, dice Robinson, se necesita un contexto de con menos incertidumbre, con tasas de inflación significativamente más bajas y un horizonte de crecimiento más claro. Por ahora, sirven como medidas correctivas para no agudizar los problemas. “Pero, por ahora, con caída del nivel de actividad y el sector productivo no contenido en un programa de estabilización, será muy lento reconstruir la intermediación financiera en una economía que recupere el equilibrio”, puntualiza.

El plazo fijo, en el nuevo contexto de tasas en baja, no resulta alentador para los ahorristas. Sin embargo, en el mercado consideran que, tomando en cuenta que el precio del dólar libre está planchado, en torno de los $1.000, pese a las tasas negativas, el plazo fijo resulta menos traumático a la hora de resguardar capital, tomando en cuenta que la divisa estadounidense se mueve con una devaluación controlada (“crawling peg”) del 2% mensual.

Encajes: readecuación en fondos de inversión

Con el fin de administrar las condiciones de liquidez, el Banco Central (BCRA) subió los coeficientes de encaje sobre los saldos en cuentas a la vista remuneradas de fondos comunes de inversión de “money market” en 5 puntos, pasando de 10% a 15%.

Para guardar consistencia, el BCRA también dispuso aplicar el mismo coeficiente de encaje, de 15%, a las cauciones bursátiles pasivas que tomen las entidades financieras que tengan un plazo residual de hasta 29 días. Esta medida busca seguir avanzando en la dirección de eliminar las distorsiones entre instrumentos de naturaleza similar, indicaron desde la entidad monetaria.

Dólares financieros: impacto en el mercado cambiario

Luego de que se bajaran las tasas, los dólares financieros reaccionaron y subieron casi 2%. En tanto el paralelo, cerró sin modificaciones respecto del cierre del martes.

El dólar “blue” cerró ayer sin cambios a $ 1.010 para la compra y $ 1.040 para la venta, tras una baja de $ 5 en la última rueda. Con un ajuste de $ 1,50 arriba del cierre del martes pasado, el dólar mayorista ajusta a $ 878 y la brecha con el “blue” queda en 18,45%.

En tanto, los dólares financieros cotizaron al alza. El dólar MEP  subió un 2,08% y cotizó  $1.062,54, quedando 20 pesos por encima del dólar que se comercializa en el mercado informal.

Oferta de divisas: ¿qué pasará en los próximos días?

Según el economista Gustavo Ber, los operadores siguen atentos al ritmo de liquidación tras las cuestiones climáticas y el paro, pero aún anticipan que esos efectos serán transitorios y próximamente se acelerará la estacional oferta de divisas. Es por ello que el reacomodamiento reciente en los dólares financieros viene siendo ordenado, aún ante otra baja de tasa del BCRA a partir de las sucesivas señales de desaceleración de la inflación, ya que se descarta sobresaltos -aún frente a un clima externo más desafiante- y se anticipa que se extenderá el 2% en el ¨crawling-peg¨, por lo que se validan escenarios de mayor apreciación cambiaria, acota.

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