Superó la osteocondritis y hoy se prepara para cumplir su sueño: cruzar el Río de la Plata

Diego Daniel Martínez Álvarez, de 48 años, será uno de los tucumanos que realizará el cruce del Río de La Plata a mediados de marzo desde Colonia del Sacramento hasta Punta Lara; lo realizará bajo el formato de postas junto a Juan José Sirimaldi y María Eugenia Farías

Desde Famaillá, su historia refleja esfuerzo y dedicación: tras superar la osteocondritis, enfrentará uno de los mayores desafíos en aguas abiertas. Desde Famaillá, su historia refleja esfuerzo y dedicación: tras superar la osteocondritis, enfrentará uno de los mayores desafíos en aguas abiertas. LA GACETA / Ines Quinteros Orio

El cruce del Río de la Plata será el desafío más grande en la vida deportiva de Diego Daniel Martínez Álvarez. Los deportes siempre fueron su pasión. El famaillense, de 48 años, trasladó ese amor a su profesión: se recibió como licenciado en Educación Física, trabajó como docente en diferentes escuelas del interior y fue preparador físico de equipos de básquet y rugby. “Mi sueño era trabajar en San Martín”, asegura.

La natación en aguas abiertas llegó a su vida en 2004, cuando se inscribió en una competencia de 1.500 metros en Las Termas de Río Hondo. A partir de 2007, esta actividad tomó mayor preponderancia. Ese año, fue diagnosticado con osteocondritis en una de sus rodillas, lo que le impidió practicar disciplinas de alto impacto. Decidió entonces mantenerse activo a través de brazadas y pataleos.

Ahora, Martínez intentará cruzar el Río de la Plata bajo la modalidad de postas de 14 kilómetros (42 km en total) junto a Juan José Sirimaldi y María Eugenia Farías. La propuesta llegó a través de Javier Figueroa, el tucumano que realizará el recorrido de manera individual. Inicialmente, Martínez había considerado nadar los 42 kilómetros entre Colonia del Sacramento, Uruguay, y Punta Lara, Argentina, sin compañía. Sin embargo, los tiempos de preparación no le parecieron suficientes y no se sintió en condiciones de afrontar ese desafío.

“Me avisaron en agosto, y me parecía una idea muy buena probar todo el recorrido, pero sentí que no iba a poder llegar en condiciones óptimas”, reconoce. Por eso, decidió optar por una distancia más corta en esta ocasión.

Martínez explica que la preparación para ambas modalidades es diferente: mientras el recorrido individual de 42 kilómetros exige mayor resistencia y volumen (la cantidad total de kilómetros nadados por semana), el sistema de postas requiere un enfoque más intenso y explosivo.

“Nosotros vamos a ir encabezando el cruce. La estrategia será nadar quinientos metros en treinta minutos y luego dar paso al siguiente nadador. Así nos dividiremos en diferentes turnos”, describe. El cruce, además, fue planificado de manera grupal para reducir la sensación de soledad durante el trayecto. “La idea es que siempre podamos vernos”, concluye.

La natación

El docente asegura que su vínculo con la actividad comenzó durante la facultad. Su primer contacto con la natación se dio a través de los cursos de guardavidas que realizó en esa etapa de formación, aunque admite que nunca fue particularmente habilidoso en este ámbito. En 2004, viajó a Las Termas de Río Hondo para competir en una prueba en la que nadó 1.500 metros.

Sin embargo, la natación no era su principal disciplina en ese momento. Martínez quería especializarse en la preparación física de clubes, con el sueño de llegar a ser el preparador físico del “Santo”.

“Mi papá era dirigente del club, así que siempre estuve muy ligado a San Martín. Por eso, el fútbol fue el deporte que más practiqué durante mi infancia, aunque nunca lo consideré como una posible profesión. También soñaba con trabajar en el club, pero desistí porque me parecía complicadísimo: la mayoría de los técnicos venían de Buenos Aires con su equipo ya armado”, explica.

En esa época, Martínez se dedicaba exclusivamente a la preparación física, lo que lo llevó a realizar una pasantía en Boca. Según relata, viajó a Buenos Aires con el objetivo de conocer a Horacio Anselmi, quien estaba a cargo de la dirección de deportes amateurs y de la coordinación de actividades en el “Xeneize”.

El cruce del Río de la Plata será la culminación de años de trabajo y superación personal en las aguas abiertas. El cruce del Río de la Plata será la culminación de años de trabajo y superación personal en las aguas abiertas. LA GACETA / Ines Quinteros Orio

“Él nos permitió asistir a los entrenamientos y convivir con los jugadores. Pudimos ver de cerca cómo se trabajaba en esos clubes, y fue una oportunidad tremenda. Me quedé poco tiempo porque era muy costoso, pero aprendí muchísimo”, recuerda. “Conocí a (Clemente) Rodríguez, (Pablo) Ledesma y a varios otros monstruos que entrenaban en Casa Amarilla”, agrega.

Después de esa experiencia, trabajó como preparador físico en básquet, en Asociación Mitre, y en rugby, en Natación y Gimnasia. Sin embargo, en 2007, fue diagnosticado con osteocondritis en la rodilla, una enfermedad articular que ocurre cuando el cartílago se desprende del hueso. Esta condición lo obligó a abandonar los deportes de alto impacto, por lo que decidió dedicarse a las aguas abiertas.

Así, comenzó a participar con frecuencia en el Circuito del NOA, una competencia en la que se consagraría campeón durante tres años consecutivos en la categoría máster (44 a 47 años) en la distancia de cinco kilómetros. También compitió en la Maratón Acuática de 21 kilómetros, desde Villa Urquiza hasta Paraná.

Su próximo desafío, más allá del Río de la Plata, es participar en la Ocean Man, una competencia de aguas abiertas que se realizará en Córdoba.

La docencia

Enseñar es otra de las grandes pasiones de Martínez. El nadador asegura que su carrera comenzó en 2002, después de la crisis económica que sufrió el país. Según cuenta, ingresó a trabajar en la Escuela Técnica N°1 de Famaillá. “Era profesor de sexto año. Los hacía hacer cosas bastante complejas porque ellos iban elevando la vara de exigencia. Incluso las autoridades me pidieron que baje un cambio, pero eso era porque los chicos mostraban grandes conciones”, recuerda.

Hoy continúa ligado a la docencia y tiene una pequeña empresa de formación docente en el que dicta cursos relacionados a la educación física.

Así Martínez espera completar el desafío del Río de la Plata para sumar una nueva experiencia a su curriculum deportivo.

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