Revelan información inédita sobre el microbioma del limón tucumano

Un reciente estudio da cuenta del papel de la levadura Clavispora lusitaniae 146 como agente de defensa de este cítrico en la provincia.

OBJETIVO. En pos de una agricultura sostenible y respetuosa del ambiente, el estudio del microbioma empezó a desempeñar un rol clave en los últimos años. OBJETIVO. En pos de una agricultura sostenible y respetuosa del ambiente, el estudio del microbioma empezó a desempeñar un rol clave en los últimos años.
08 Febrero 2025

Se pueden incorporar en comidas y bebidas, o hasta utilizar como componente para formulaciones cosméticas por sus valiosos beneficios. Los limones se encuentran entre los cultivos frutales perennes más importantes del mundo, y en este sentido la Argentina es uno de los principales productores a nivel global. Tan es así que el año pasado, solo en el Noroeste Argentino (NOA) -y principalmente en Tucumán, ya que concentra un 39% de la superficie nacional cultivada- se cosecharon aproximadamente 1,7 millón de toneladas.

Precisamente, en la etapa de poscosecha -durante la cual se realizan tareas de acondicionamiento, almacenamiento y control de plagas- tanto los limones como otros cultivos pueden verse afectados por diversas infecciones fúngicas. Por este motivo, se vienen desarrollando en la actualidad alternativas biotecnológicas amigables con el ambiente en virtud de remplazar los fungicidas químicos y revertir tal situación; estos son los que se conocen como agentes de biocontrol y se caracterizan por su eficacia frente a la invasión de microorganismos patógenos como bacterias y hongos.

Uno de esos agentes es la levadura Clavispora lusitaniae 146, de la que sí se conocían sus capacidades protectoras, pero no del mismo modo el nivel de influencia sobre el microbioma epífito de limones en poscosecha.

Y en este contexto toma relevancia la información difundida por el sitio oficial del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) NOA-Sur (noasur.conicet.gov.ar), que da cuenta de un reciente estudio a cargo de referentes del laboratorio de Biocontrol en Citrus de la planta piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (Proimi, Conicet), que proporciona información inédita sobre la composición microbiana de la superficie del limón tucumano y sobre el papel que cumple en este proceso la Clavispora lusitaniae 146 como agente de defensa del cultivo.

Estudio

Se trata de un trabajo que lidera el investigador del Proimi Julián Rafael Dib, y que cuenta con la colaboración de especialistas de Instituto de Investigación de la Cadena Láctea (Idical) -Conicet e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)- y de la Universidad de Göttingen, en Alemania. “Nuestro aporte permite seguir agregando valor a la producción citrícola local y reconocer una característica particular y exclusiva de los limones de la provincia, que son reconocidos a nivel mundial por su calidad”, remarca Dib, y agrega: “Demostramos además que la levadura Clavispora lusitaniae 146 ya forma parte de microflora natural del limón, y a la vez que juega un papel esencial en la sanidad de la fruta en la etapa poscosecha”.

Un estudio -destaca el investigador- que también aporta al concepto de la “denominación de origen” del limón tucumano, por tratarse de una fruta con cualidades únicas debido al área geográfica donde se desarrolla, principalmente, en la que influyen tanto factores naturales como antrópicos.

De la ciencia a la industria

Los limones (Citrus limon) son habitualmente invadidos por diversos hongos fitopatógenos, tales como especies del género Penicillium, causantes del moho verde y azul.

Para combatir la descomposición fúngica, se utilizan comúnmente fungicidas químicos sintéticos. Sin embargo, su aplicación extensiva provoca la resistencia entre las cepas de hongos fitopatógenos y suscita, por otro lado, inquietudes sobre la salud humana y los impactos que pueden provocar en términos ambientales.

En la búsqueda de una agricultura más sostenible y respetuosa con el ambiente, el estudio del microbioma comenzó a desempeñar un papel importante en los últimos años.

Al respecto, Dib señala que es sumamente importante conocer entonces la composición y la función de los microorganismos si lo que se pretende es promover la salud de las plantas, mejorar la productividad de los cultivos y reducir la dependencia de insumos químicos como pesticidas y fertilizantes.

Con esta perspectiva concuerda también la becaria posdoctoral del Proimi -y primera autora del estudio- María Cecilia Rasuk, al asegurar que comprender el ecosistema microbiano de la fruta es vital para un control eficaz de las enfermedades.

En este contexto, el presente estudio experimental arroja información que hasta ahora era desconocida: en términos de composición bacteriana, demuestra que los géneros más abundantes hallados son Sphingomonas, Pelomonas y Bacillus, y no detectaron diferencias significativas en la composición entre las muestras tratadas y de control. Asimismo, entre los hongos identificados, Clavispora fue predominante no solo en las muestras tratadas sino también en aquellas sujetas a control, y las estadísticas indicaron claras diferencias. Esto sugiere el papel significativo del citado agente de biocontrol.

A modo de síntesis, el estudio sobre el microbioma del limón tucumano revela una composición microbiana diversa, especialmente a nivel fúngico, destacando el predominante rol de la Clavispora lusitaniae 146 en la modulación de la comunidad epifítica del limón.

Ratifica, además, investigaciones previas que indicaban que Clavispora era el principal hongo identificado, con potencial como agente de biocontrol para inhibe la putrefacción causada por fitopatógenos durante la poscosecha.

Evidencia, por último, la composición bacteriana de las muestras, con géneros como Sphingomonas, Pelomonas y Bacillus, los cuales podrían desempeñar funciones no solo en su interacción con el limón, sino con los hongos que forman parte de la comunidad. “Todos estos resultados aportan nuevas perspectivas sobre el uso de Clavispora para la futura formulación de un eficaz agente biocontrolador en cultivos agrícolas”, concluye Dib.

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