Un libro reúne voces de las víctimas en el ingenio Fronterita

Lo editó la UNT y se presentará hoy a las 18 en la Escuelita de Famaillá. La historia del centro clandestino de detención.

AUTORAS. Las investigadoras Ana Jemio, Silvia Nassif y Daniela Wieder. AUTORAS. Las investigadoras Ana Jemio, Silvia Nassif y Daniela Wieder. La Gaceta / foto de Diego Aráoz

Medio siglo atrás se desplegaba en Tucumán el Operativo Independencia, episodio merecedor de múltiples abordajes e investigaciones, entre ellas lo sucedido en el ingenio Fronterita -ubicado en el Departamento Famaillá-. Allí se instaló un centro clandestino de detención y un libro -“Fronterita cuenta su historia”- recoge las voces de quienes fueron víctimas de la represión en ese lugar, una saga polifónica que reconstruye trayectos e identidades familiares.

El trabajo estuvo a cargo de Silvia Nassif (Doctora en Historia), Ana Sofía Jemio (Doctora en Ciencias Sociales) -ambas investigadoras del Conicet- y Daniela Wieder (profesora de Historia e investigadora en la UNT). Se suma una galería de imágenes a cargo de Diego Aráoz, editor de Fotografía de LA GACETA. El libro se concretó con el respaldo del Conicet y lo editó la Universidad Nacional de Tucumán por medio del sello Humanitas, de la Facultad de Filosofía y Letras.

La presentación se realizará hoy a las 18 en la Escuelita de Famaillá (Matienzo y Mitre, de esa localidad), con la participación de las familias que colaboraron brindando los testimonios. El análisis de la obra quedó a cargo de las autoras, a partir de la siguiente entrevista.

- ¿Cómo surge la inquietud de abordar este episodio?

- Nassif (N): veníamos trabajando distintos temas, siempre vinculados con los derechos humanos, con Tucumán y con los años 60 y 70. En este caso había dos coyunturas; por un lado los 50 años del Operativo Independencia y por el otro la elevación a juicio de la causa Fronterita, donde hay acusados por delitos de lesa humanidad. Decidimos aunar esfuerzos y hacer un producto científico, que a la vez les dé voz a esas víctimas.

- ¿De qué forma articularon el trabajo?

- Jemio (J): invitamos a las familias a participar de una serie de talleres colectivos. La idea no era centrarnos en el terror, aún cuando la experiencia de los 70 y del genocidio es un eje estructurante. Apuntamos a recuperar las historias de cómo vivían esas comunidades, cómo se organizaban y cómo había sido su devenirr. Ha sido un proceso de ida y vuelta muy interesante y en parte es lo que le da también la riqueza al libro.

- N: no queríamos hacer sólo una historia del terror reflejada en la vida de estas familias, sino de todo lo que pasó en Tucumán. El ingenio era un foco de conflicto por la crisis que venía desde los ‘60 en la actividad azucarera. Había una enorme ebullición y organización sindical.

- ¿Cuál era la particularidad de Fronterita?

- Wieder (W): en los ingenios tucumanos los propietarios de la fábrica fueron también dueños de tierras alrededor. Allí se instalaron colonias donde vivían los trabajadores zafreros. En el caso particular de Fronterita nosotras trabajamos con familias que vivieron en al menos seis colonias, reconstruyendo la vida cotidiana de esos trabajadores campesinos, aunque algunos también trabajaron dentro de la fábrica, Esas vidas estaban signadas por lo que establecía el ingenio y cambiaron cuando se instalan allí las Fuerzas Armadas y la Policía y empieza a funcionar un centro clandestino de detención.

- J: es interesante mirar cómo se reconfigura en esa época la zona de Fronterita, porque habían cerrado al menos tres ingenios cercanos. Un momento muy importante es la huelga de septiembre de 1974, cuando los trabajadores consiguen en pleno gobierno peronista romper el pacto social. A partir de ahí vemos un aumento del proceso represivo; muchos de aquellos trabajadores y dirigentes sindicales que habían participado de las movilizaciones comienzan a ser apresados. Pero sí hay un parte aguas en febrero, a partir del despliegue del Operativo Independencia y la instalación de ese centro clandestino de detención.

- ¿Qué fue surgiendo de la investigación?

- N: la particularidad que podemos ver en Fronterita es que no fueron sólo las Fuerzas Armadas las actuaron; también hubo una responsabilidad del ingenio, por distintos motivos. El principal es que en el predio de propiedad privada de la empresa funcionó un centro clandestino de detención y los dueños nunca hicieron una denuncia. Después, con distintas investigaciones fuimos viendo otras prácticas empresariales represivas, ya que colaboraron con el señalamiento de los dirigentes sindicales y de los participantes en las asambleas. Eran obreros de base que fueron torturados, secuestrados y desaparecidos.

- ¿Cómo quedó conformado el libro?

- J: la primera parte, relativamente breve, es un estudio general sobre la historia de la zona. A partir de eso hay 16 historias familiares. En algunos casos los que cuentan son sobrevivientes; gente que ha estado secuestrada, torturada, en algunos casos detenidas por años en cárceles y luego liberada. En otros se trata de familiares de desaparecidos; y otras son familias en las que conviven las dos cosas.

- W: algunas familias ya habían hecho una experiencia de poder contarlo; otros a partir de este trabajo han podido empezar a elaborar el relato. Sin duda creo que el dolor emerge siempre, son historias que indagan en situaciones que duelen, pero en ese camino van construyendo una reparación.

- ¿Cómo fue la experiencia en el trabajo de campo?

- J: si bien está el rigor de la investigación académica, no es un texto escrito en términos académicos. Cada entrevista tiene mucho textual, hay mucho de la voz de ellos. No empieza todo con el proceso represivo; hay una historia anterior y una historia posterior, o sea que es muy interesante ver el presente y cómo alrededor de la persona que está ausente se genera un movimiento familiar, ya sea porque era la fuente principal de ingresos o por cómo debieron volver a organizar la vida cuando fueron expulsados de las colonias y no conseguían otro trabajo. Muchos viven en una situación de extrema pobreza.

- ¿Qué tienen en común todas estas familias?

- N: hay algo que las une y es la búsqueda de justicia. Por eso el juicio de Fronterita les permite contar lo que sucedió, está esa necesidad de ser escuchados. La causa tiene muchos años y una parte importante de las familias que forman parte del libro están incluidas.

- ¿Cuál es el valor histórico de este juicio que está por iniciarse?

- N: que se enjuicie a los responsables es fundamental, una necesidad histórica en el sentido de poder decir: una parte del poder económico fue parte del proceso represivo y tuvo un beneficio. Siempre aclaro que no fueron todos los empresarios, sino un sector determinado que se vio beneficiado con los procesos dictatoriales. En el caso de Fronterita implicó quedarse con el ingenio Bella Vista y el desguace de Conasa por monedas.

- ¿Qué reflexión hacen desde las ciencias sociales a 50 años del Operativo Independencia?

- J: como decía Úrsula Iguarán en “Cien años de soledad”, a veces parece que el tiempo gira redondo. De repente, tener que volver a discutir que el Operativo Independencia fue el comienzo de un plan sistemático de secuestro y desaparición, y de la instalación de centros clandestinos, parece increíble. Pero lo repetiremos las veces que haga falta. En Tucumán el golpe de Estado de 1976 no significó una transformación de la modalidad represiva, de hecho Fronterita fue un centro clandestino que funcionó desde el 75 hasta entrados los 80. Estas historias son las que dan cuenta de quiénes sufrieron la represión, en el libro queda claro que no pertenecían a ninguna organización armada.

- N: el trabajo muestra la importancia de las ciencias sociales. Nosotras somos universitarias y estamos en Conicet, justamente dos instituciones que están siendo desfinanciadas. Frente a esta avanzada de querer mostrar de vuelta la teoría de los dos demonios, las ciencias sociales tienen la importancia fundamental de mostrar todo científicamente, sin esconder ningún dato ni ningún hecho. Ahora se habla de “historia completa”, pero en realidad el tema es cómo sopesamos esos hechos. Nosotras redoblamos la apuesta y decimos: hay una necesidad social de que de estos temas se sigan hablando, investigando y reparando.

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