Aumentaron las posibilidades de que el asteroide “asesino de ciudades” impacte contra la Tierra

Así lo advirtió la NASA.

Un video muestra lo que pasaría en la Tierra si impacta el asteroide 2024 YR4. Un video muestra lo que pasaría en la Tierra si impacta el asteroide 2024 YR4.
18 Febrero 2025

La NASA advirtió que el asteroide 2024 YR4, con potencial destructivo suficiente para arrasar una ciudad, tiene actualmente un 3,1% de probabilidades de impactar contra la Tierra en diciembre de 2032. Este porcentaje convierte a la roca espacial en la más amenazante jamás registrada en las previsiones modernas. A pesar del aumento en las probabilidades, la comunidad astronómica insiste en que no hay motivo de alarma, mientras el telescopio espacial James Webb se prepara para observar el asteroide el próximo mes con el fin de mejorar los cálculos de su trayectoria.

El asteroide fue descubierto el 27 de diciembre de 2024 por el Observatorio El Sauce en Chile y se estima que tiene un tamaño de entre 40 y 90 metros de ancho. Su análisis sugiere que posee una composición común y no es un objeto metálico raro. La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) emitió una advertencia el 29 de enero cuando la probabilidad de impacto superó el 1%. Desde entonces, la cifra ha fluctuado, pero sigue aumentando, situándose actualmente en un nivel comparable al riesgo que en su momento presentó Apofis en 2004.

Los expertos destacan que, aunque el impacto no sería catastrófico a nivel global, sí podría generar una explosión equivalente a ocho megatones de TNT, más de 500 veces la potencia de la bomba de Hiroshima. Dependiendo de su tamaño y velocidad al ingresar a la atmósfera, podría explotar en el aire o, en el peor de los casos, generar un cráter. Las posibles zonas de impacto incluyen el este del Pacífico, el norte de Sudamérica, el Atlántico, el norte de África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.


Afortunadamente, aún hay tiempo para prepararse. Los científicos subrayan que, si fuera necesario, podrían enviarse misiones espaciales para desviar el asteroide, una estrategia que ya se probó con éxito en 2022 con la misión DART de la NASA. Además, futuras observaciones del telescopio Webb permitirán afinar los cálculos y, posiblemente, descartar el riesgo de impacto por completo.

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