La Inteligencia Artificial y la relación laboral: ¿una aliada o competencia?

Cuando el liderazgo se impone ante la tecnología

La Inteligencia Artificial y la relación laboral: ¿una aliada o competencia?
15 Marzo 2025

Hermes Ruiz

Economista y CEO de Olewow, soluciones en inteligencia artificcial y metaverso (Especial para LA GACETA)

Año 2025. Un lunes cualquiera. Llegas a la oficina con tu café en la mano y notas algo raro. Todo está en orden, pero hay un silencio extraño. Te sientas, abres el correo y ahí está: un reporte impecable, con gráficos detallados y análisis predictivo. No lo hiciste tú. Lo hizo la Inteligencia Artificial.

Miras alrededor. Nadie parece sorprendido. El equipo sigue trabajando como si nada. Entonces, te haces la pregunta que nadie dice en voz alta: ¿Esto significa que ya no me necesitan?

Y justo ahí está el dilema. ¿La IA está aquí para potenciarnos o para convertirnos en irrelevantes? ¿Es el mejor aliado que podríamos tener o el competidor más despiadado?

Hay dos formas de ver esto. Una es entrar en pánico. La otra es aceptar que el mundo del trabajo ya cambió y que la pregunta no es si la IA va a tomar tu empleo, sino si vas a aprender a trabajar con ella antes de que alguien más lo haga.

Un estudio de Deloitte reveló que el 83 % de los empleados que trabajan con IA sienten que les permite enfocarse en tareas más estratégicas y creativas. Por otro lado, un informe de McKinsey estima que el 30 % de las actividades laborales actuales pueden ser automatizadas.

Suena bien en teoría, pero la realidad es que muchas empresas están implementando IA sin una estrategia clara, generando más ansiedad que productividad. Porque una cosa es usar IA para agilizar el trabajo y otra muy distinta es lanzar herramientas sin preparar a las personas para usarlas bien.

Paradoja

A veces me pregunto si no estamos cayendo en la paradoja de la productividad: queremos ser más eficientes, pero en el proceso estamos convirtiendo el trabajo en un campo de batalla entre humanos y algoritmos. El resultado: gerentes paranoicos midiendo cada movimiento y colaboradores que no saben si están haciendo bien su trabajo o si un bot lo haría mejor.

Este no es un problema de tecnología. Es un problema de liderazgo.

El patrón siempre se repite: primero el miedo, luego la adaptación

Cada vez que una nueva tecnología aparece, la reacción es la misma: miedo!!!

Ocurrió con la Revolución Industrial, con los computadores, con el internet. Siempre hay una fase de pánico, seguida de adaptación. Pero esta vez el cambio es más rápido y no hay tiempo para quedarse en la etapa del miedo.

La realidad es que las empresas que integran IA con una estrategia clara no están reduciendo personal, sino rediseñando roles. En lugar de eliminar puestos, están entrenando a sus equipos en habilidades que complementen la IA, como análisis crítico, creatividad y toma de decisiones.

Aquí va la verdad incómoda: la IA no está aquí para reemplazarte. Está aquí para ver si puedes evolucionar con ella.

¿Qué queda para los humanos? Mucho.

Si la IA puede hacer en segundos lo que antes tomaba horas, ¿qué nos queda a los humanos?

Mucho.

Porque lo que la IA no puede hacer es cuestionar, conectar, crear con intención. No puede leer entre líneas en una negociación difícil, no puede construir confianza en un equipo, no puede innovar desde la intuición. Puede predecir tendencias, pero no puede crear cultura. Puede analizar datos, pero no puede inspirar.

El problema no es la IA. El problema es qué estamos haciendo con ella.

Si la usas bien, te libera para hacer lo que realmente importa. Si la usas mal, te convierte en alguien prescindible. No es la IA la que decidirá si eres necesario en tu empresa. Eres tú.

Así que la pregunta no es si la IA es tu competencia. La pregunta es: ¿Cómo vas a hacer que juegue a tu favor?

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