
Por Sara Peña de Bascary - Historiadora
El 26 de marzo de 2020, hace cinco años, nos dejaba el doctor Carlos Páez de la Torre (h). Dejó un espacio difícil de cubrir en la disciplina histórica que ocupó su vida. En LA GACETA fue 58 años periodista e historiador. Nos deleitó día a día con sus Apenas ayer, los De memoria y tantas notas ilustradas más.
Tuvo fascinación por antiguas fotos de la ciudad y su gente. Buscaba, recogía y daba a conocer. Investigador, obsesivo, como él mismo decía. No olvido su emoción ante el hallazgo de una fotografía original. En los ‘70 me pidió colaboración, con imágenes, para sus Personalidades en el olvido. Años después para Los rostros del viejo Tucumán, uno de sus notables álbumes ilustrados de LA GACETA, coautoría con Sebastián Rosso, con quien encaró además El Congreso de la Independencia, la reedición de Templos Católicos de Tucumán, y el ultimo, a fines de 2019, Una memoria de la entrañable ciudad, cuando su salud comenzaba a declinar.
Su Historia de Tucumán es la única obra completa desde el siglo XVI hasta finalizar el siglo XX. Indagó meticulosamente archivos y bibliografía. Obra de consulta imprescindible para investigadores. Plasma los hechos y los hombres que actuaron en esos tiempos. Los asocia con la historia regional y nacional. Aspectos sociales, económicos y políticos. Editada en 1987, recientemente se reedita e incluye un capítulo que Páez de la Torre, años más tarde, agregó. Su esposa Flavia Allende, a quien se debe la reedición, encontró, en su archivo la versión con el último apartado que ahora se da a conocer.
Numerosas biografías como las de Nicolás Avellaneda, Paul Groussac, Juan B, Terán, Lola Mora, con Celia Terán, Don Lucas Córdoba, y Una historia de Tafí del Valle con Pedro León Cornet, entre tantos otros libros. Imposible enumerar toda su vasta obra.
Miembro de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán y Miembro de la Academia Nacional de la Historia, fue su vicepresidente. Recibió numerosos premios y distinciones, entre ellos el Konex.
En la Junta su presencia fue vital. Con un grupo de historiadores la fundaron en 1966. Recuerdo sus emotivas palabras en el homenaje a los 50 años de la Revista de la Junta, en 2018, y a su director, el historiador Ventura Murga. Con sus artículos, las ediciones de la revista, se enriquecieron notoriamente. Contar con su apoyo y opinión fue vital en las acciones que se encararon. Para el bicentenario de la Batalla de Tucumán le pidieron un homenaje especial y me eligió, halagándome, fuese coautora. El ibro “Porteños, Provincianos y extranjeros en la Batalla de Tucumán” lo editó Planeta y Carlos solicitó destacar: “con colaboración especial de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán”.
Brindó numerosas conferencias, integró el cuerpo docente en cursos. Presentó la iconografía completa de próceres: imágenes de Sarmiento, Belgrano, Avellaneda, San Martin, Juan B. Terán, entre otros. Quería mucho a la Junta.

Páez de la Torre (h) fue director de Cultura cuando tuve a cargo museos provinciales. Brindó especial apoyo al Histórico Nicolás Avellaneda y a la Casa Padilla durante ocho años. Más adelante colaboró a la Casa Histórica, con dos libros: Imágenes de la plaza Independencia de Tucumán en el S. XIX, y Nicolás Avellaneda y Paul Groussac, artículos en investigaciones y conferencias.
Por su intermedio, donaciones, como el bastón de mando de Urquiza, llegaron a la Casa. Y, también lo hizo en el Museo Histórico Miguel Lillo. A ese museo cedió uno de los escasos álbumes originales del hallazgo de Loma Rica, de Liberani. Era un apasionado defensor del patrimonio histórico cultural. Desde la LA GACETA apoyó acciones de los museos con excelentes notas.
Carlos Páez de la Torre (h) fue quien me introdujo en la investigación histórica. Compartí autoría de algún artículo y el libro mencionado. Se trabajaba muy bien con Carlos; poseía además, un gran sentido del humor. Era muy generoso con los historiadores, a muchos apoyó decididamente. Estos recuerdos, de tantos que conservo, a la memoria de un entrañable maestro, amigo y colega.