CABO KENNEDY, Estados Unidos.- SpaceX realizó la primera caminata espacial privada de la historia con su misión Polaris Dawn, en la que dos tripulantes se aventuraron a salir de la nave con sus trajes blancos y grises.
“La caminata de Polaris Dawn ha sido completada, y marca la primera vez que astronautas privados realizan este paseo desde una nave comercial”, escribió en las redes SpaceX.
El millonario Jared Isaacman y la empleada de la empresa Sarah Gillis fueron quienes realizaron la salida de la cápsula. Se prepararon años para este momento.
Isaacman, comandante de la misión, fue el primero en salir de la cápsula, agarrándose a una estructura metálica instalada en la parte delantera de la cápsula para la ocasión, según se vio en un video emitido en directo desde la empresa.
“Es precioso”, dijo desde una altitud de unos 700 kilómetros, muy superior a la de la Estación Espacial Internacional (EEI). A continuación le sucedió Gillis, que también realizó movimientos para probar los trajes de caminata espacial de la compañía, uno de los principales objetivos de la misión.
Ambos permanecieron unos 10 minutos fuera de la nave Dragon, que luego volvió a ser presurizada. El paseo espacial finalizó aproximadamente una hora y 45 minutos después de su inicio.
“SpaceX, volvemos a casa. Tenemos mucho trabajo que hacer, pero desde aquí, la Tierra se ve como un mundo perfecto”, dijo poco después Isaacman al centro de control control en Hawthorne, California, donde el personal estalló en aplausos.
Otros dos pasajeros, el piloto Scott Poteet y la empleada de SpaceX Anna Menon, también quedaron expuestos al vacío del espacio en cuanto se abrió la escotilla, ya que la nave no está equipada con una esclusa de aire.
Los trajes están conectados por cuerdas a la cápsula para suministrar oxígeno a la tripulación.
El cohete Falcon 9 puso en órbita la cápsula Dragon que lleva a bordo a los cuatro pasajeros de esta misión, bautizada Polaris Dawn y que alcanzó los 1.200 kilómetros de altitud.
Festejos en la NASA
Este hito es el último de una serie de logros de SpaceX, la empresa fundada por el multimillonario Elon Musk en 2002 y que se ha convertido en una potencia que ha reconfigurado la industria espacial.
La NASA celebró el logro de SpaceX. “El éxito de hoy representa un gran paso para la industria espacial comercial y el objetivo a largo plazo de la NASA de construir una economía espacial estadounidense vibrante”, escribió el jefe de la agencia espacial de Estados Unidos, Bill Nelson, en X.
El comandante de esta misión, prevista para durar cinco días, es Isaacman, de 41 años, que lleva varios años trabajando con la empresa de Musk y financia parte del viaje, cuyo costo no se ha revelado.
Junto a Isaacman, completan el equipo: Gillis, ingeniera y encargada de la formación de astronautas de la empresa; Menon, quien trabajó para la NASA antes de incorporarse a SpaceX y también es ingeniera líder de operaciones especiales; y Poteet, un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense y amigo de Isaacman.
Es la primera vez que empleados de SpaceX viajan al espacio.
La operación permitió probar su primera generación de trajes espaciales, siempre enganchados a la cápsula a través de un dispositivo que les permite sujetarse.
Los cuatro miembros de la tripulación tuvieron más de dos años de entrenamiento intensivo que incluyó cientos de horas en simuladores, así como paracaidismo, buceo y prácticas en la cumbre de un volcán en Ecuador.
Durante la misión, la cápsula “pasará varias veces a través de las altitudes orbitales de más de 10.000 satélites y de fragmentos de desechos espaciales”, dijo Musk, máximo responsable de la compañía espacial, en la red social X, también de su propiedad.
“No hay margen de error en nuestros cálculos”, añadió Musk, que más temprano felicitó a los equipos de SpaceX y a la tripulación del programa Polaris.
Rompieron un récord de 1972: a 1.400 kilómetros de altura
La misión Polaris Dawn superó los 1.400 kilómetros de distancia de la superficie terrestre durante el apogeo de su órbita alrededor del planeta Tierra. Nunca una nave tripulada había alcanzado una órbita tan alta y los cuatro astronautas de la cápsula Resilience llegaron así a una distancia que sólo ha sido superada por las misiones Apolo a la Luna, que finalizaron en diciembre de 1972. Durante los años previos a la llegada a la Luna, otra nave de la NASA -la Gemini 11- había logrado un récord espacial que había permanecido imbatido hasta ahora. Durante sus cuatro días de vuelo, entre el 12 y el 15 de septiembre de 1966, llegó a colocarse en una órbita con una distancia máxima de 1.373 kilómetros. Y desde entonces nadie había orbitado tan alto. Como mucho, a menos de la mitad de altura, cuando un transbordador de la NASA subió en abril de 1990 a desplegar el telescopio espacial Hubble, que gira a 570 kilómetros sobre la Tierra.
Tecnología en una nueva era: satélites, colonización y trajes
Las misiones Polaris (esta es la primera de tres) tienen como objetivo acelerar los avances tecnológicos necesarios para cumplir la esperanza de Elon Musk de algún día enviar gente a Marte. Esas necesidades incluirán trajes espaciales más avanzados para cualquier intento de colonización fuera del mundo.
Antes del lanzamiento, Jared Isaacman, comandante de la misión Polaris Dawn, reflexionó sobre cómo alguien que pise Marte podría algún día usar una versión futura del traje espacial que SpaceX desarrolló para la misión Polaris Dawn.
Más cerca de la Tierra, las caminatas espaciales comerciales podrían abrir otras posibilidades que antes eran imposibles de imaginar, como la de los técnicos que reparan satélites privados en órbita. Isaacman incluso sugirió que la segunda misión Polaris podría intentar un viaje al viejo telescopio espacial Hubble de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) para realizar reparaciones y prolongar su vida en órbita.
Un peligro bajo estricto control: lo riesgoso es el lanzamiento
El espacio es un entorno inhóspito y peligroso, y durante las caminatas espaciales los astronautas están encerrados en una burbuja de aire, sus trajes espaciales, que les impide asfixiarse en el vacío del espacio.
Pero las caminatas espaciales no son la parte más peligrosa de los vuelos espaciales. Ningún astronauta ha muerto nunca ni ha sufrido lesiones graves durante una caminata espacial. Se han realizado más de 270 caminatas espaciales en la Estación Espacial Internacional (EEI) desde diciembre de 1998, prácticamente sin incidentes. Las muertes en el espacio han ocurrido sólo durante los lanzamientos, como fue el caso de la pérdida del transbordador espacial Challenger y su tripulación después de la combustión de miles de galones de propulsores explosivos, o durante los aterrizajes, como cuando el transbordador espacial Columbia se quemó en el calor abrasador de la reentrada a través de la atmósfera de la Tierra.