Reporte rural: el maíz, actor clave en la rotación de cultivos

Este año se daría la segunda mayor siembra de maíz de la historia. Es muy usado en el NOA para la rotación de cultivos. Esta práctica genera efectos favorables en el sistema, proporcionando mayor estabilidad de producción, aumento de la capacidad productiva del suelo, con el consecuente incremento de la rentabilidad en el sistema agrícola.

En el NOA los cultivos invernales se presenta, en general, en buenas condiciones. Muchos ya están entrando en etapas de floración avanzada, a la espera de que el clima ayude para un adecuado llenado y posterior maduración y cosecha.

Una vez finalizada la operación de trilla los suelos se liberan y se esperan las lluvias para empezar a trabajar con todas las labores necesarias para arrancar una nueva gruesa -soja, maíz o sorgo- de la mejor manera posible.

Según el informe precampaña 2023/24 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se estima un aumento en la siembra de maíz de un 2,8%. Este cultivo alcanzaría una superficie de 7,3 millones de hectáreas; unas 200.000 hectáreas por encima de las que se implantaron en el ciclo anterior. La cifra significaría la segunda mayor siembra de la historia, por detrás de las 7,7 millones de hectáreas de 2021/22.

Se trata de maíz para el área comercial; es decir, se cosecha y se destina a su venta como grano. No contempla el que se implanta con destino forrajero o de otros usos.

Para el NOA, esta noticia no es novedad, ya que el cultivo de maíz es hoy un pilar fundamental para un sistema productivo de granos sustentable en el tiempo por los beneficios que otorga al ser usado en un sistema de rotación de cultivos y por la renta que también genera.

La rotación de cultivos presenta ventajas desde el punto de vista agronómico y empresarial. En diferentes charlas, el director Técnico de la Eeaoc, Daniel Ploper, expresó que el solo hecho de incorporar otros cultivos permite al productor diversificar riesgos productivos y económicos, ya que las condiciones ambientales pueden tener diferente impacto en los distintos cultivos de la rotación. De igual modo, los precios de los productos pueden variar, y se logra así disminuir el riesgo medio de la actividad; máxime si ello se combina con estrategias de coberturas de precio y climáticas.

Con una adecuada rotación de cultivos se logran diversas ventajas agronómicas: mejoras en la fertilidad física y química de los suelos; provisión de una adecuada cobertura de rastrojos, y disminución de plagas, de enfermedades y de malezas, entre otros.

Desde el punto de vista de la fertilidad química de los suelos, las rotaciones hacen un uso balanceado de nutrientes, comparado con el monocultivo. Con ello se evitan desequilibrios químicos de importancia. Si esto se complementa con una fertilización que contemple las diferentes necesidades de cada cultivo, habrá respuestas económicas favorables y se mantendrá el potencial productivo de los suelos.

Ploper dijo, además, que las rotaciones también influyen en las condiciones físicas y bioquímicas del suelo. En el aspecto físico, los distintos sistemas radiculares de los cultivos exploran diferentes estratos del perfil, lo que permite una colonización del suelo con raíces de diferente arquitectura.

En el plano biológico las ventajas de la rotación de cultivos son también evidentes. Específicamente, en los primeros centímetros del suelo, donde existe una intensa actividad y diversidad biológica responsable, en su mayoría, de la mineralización, de la formación y del reciclado de la materia orgánica, y de la disponibilidad de nutrientes.

Otro aspecto fundamental de la rotación es su aporte -en cantidad y en calidad- de rastrojo que se deja en los suelos. Esto sirve de sustrato del que se nutren los microorganismos, lo que equilibra sus poblaciones, como ocurre en ambientes naturales.

Por otro lado, ejerce un efecto inhibitorio sobre patógenos, plagas y malezas, que tiene que ver con la interrupción de los ciclos de vida de estos problemas.

En este sentido, Ploper decía que, al ir modificando anualmente el ambiente, estos organismos no encuentran un nicho estable que permita un aumento importante de su densidad poblacional. A raíz de ello se recomienda complementar con la rotación la mezcla de principios activos de diferente mecanismo de acción, tanto en herbicidas como en insecticidas.

Finalmente consideró importante que al plantear la rotación se ajuste su intensidad a la realidad climática y productiva de cada zona; en especial, la disponibilidad de agua. La intensidad hace referencia a la cantidad de cultivos en un período de tiempo. La rotación será más intensa cuantos más cultivos se realicen en un número determinado de años.

En síntesis, la rotación de cultivos produce efectos favorables en el sistema, proporcionando mayor estabilidad de producción, aumento de la capacidad productiva del suelo y el consecuente aumento de la rentabilidad en el sistema agrícola como un todo.

Por suerte Tucumán y las otras provincias del NOA tienen excelentes ejemplos del éxito de rotar cultivos adecuadamente. Muchos estudios realizados por instituciones de investigación agropecuaria lo demuestran.

Sin duda, un tema por demás importante a la hora de definir la próxima campaña gruesa.

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